La titularidad de la Dirección General de Orden y Seguridad es el tercer cargo más importante en orden de relevancia en la institución policial. El que ahora asuma dicho puesto tendrá a su cargo a unos 20 mil agentes de las distintas especialidades de orden público y unidades especiales.
Los principales candidatos son, por ejemplo, el Crio. Gral. Insp. Bartolomé Báez López, actual director de Apoyo Técnico y recientemente salpicado por el escándalo de venta de documentos de identidad al famoso criminal argentino Ibar Pérez Corradi, ya que el Departamento de Identificaciones funciona bajo su responsabilidad.
Anteriormente el mismo Crio. Báez se vio envuelto en otro caso de corrupción, al ser investigado y destituido por la venta de exámenes a alumnos que se postulaban a la academia de Policía Nacional.
Recientemente también desmanteló la Oficina Regional de Antinarcóticos en Concepción,supuestamente por pedido de políticos tras tras el bochorno cuando marihuaneros tomaron de rehenes a funcionarios del Ministerio Público y agentes especiales de la Senad, tras una incautación en Puentesiño.
Otro de los que suenan como posible numero 3 en la Policía es el Crio. Gral. Insp. Fidencio Jacquet, actual titular de la Escuela de Estrategia Policial. Éste, increíblemente, sorteó sin inconvenientes un sumario que se impartió por haber supuestamente cobrado a agentes a su cargo para que estos se dedicaran a actividades particulares en horario de trabajo, en el marco del sonado caso “policías de papel”.
Fue cuando Jacquet era jefe de la Agrupación Urbana y Turística de la capital, unidad que prácticamente se veía rebasada por la delincuencia, justamente a raíz de que la mayoría de los efectivos de ese cuerpo se dedicaban a labores particulares con la venia de su jefe.
Otros candidatos son los comisarios generales inspectores Miguel Leguizamón, titular de la Dirección de Justicia Policial; Luis Cantero, director de la Tercera zona policial; y Bernardino Monges, quien se desempeña en la Dirección del Sistema 911.
Estos cinco son egresados de la promoción 1987 y deben tomar el poder de la policía desde este fin de año, ya que la remesa que les antecede, la del comandante Sotelo, ya completa los 30 años de servicio. Sin embargo el propio comandante Sotelo y el nuevo subcomandante Rojas pueden permanecer en sus cargos al menos por cinco años más, según estipula la ley Orgánica Policial, por ser cargos de confianza. El resto de la generación 1.986 seguramente pasará a retiro en las próximas horas.
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