Secuestros, un buen ‘negocio’

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Desde 1973 hasta este año, al menos 60 secuestros extorsivos fueron perpetrados en nuestro país. En las últimas dos décadas, el número de casos ha ido en aumento de forma alarmante. Gigantescas sumas de dinero se han recaudado gracias al “negocio”.

La historia de los secuestros en Paraguay es larga, compleja y abarca diferentes momentos y características. De acuerdo a un recuento histórico realizado hace un par de años por el periodista de ABC Color Osvaldo Cazenave, los plagios se iniciaron ya poco después de la independencia de nuestro país, durante los años de la dictadura del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia.

Podría decirse que los primeros secuestros acontecidos en el país luego de su independencia hacen referencia a casos de retención arbitraria de personas, a quienes el doctor José Gaspar Rodríguez de Francia confinaba a un sitio de residencia con la prohibición de abandonarlo. Tales fueron los casos del célebre naturalista, médico ybotánico francés Aimé Jacques Bonpland (1773-1858) y el caudillo oriental José Gervasio Artigas (1764-1850).

Para asegurar la independencia del Paraguay frente a las ambiciones hegemónicas de Buenos Aires en el Río de la Plata y la expansión de los portugueses desde el Brasil, el Dictador Supremo de la República adoptó una política de aislamiento total y dispuso que nadie podía entrar ni salir del país sin su autorización.

Fue bajo esa circunstancia que, en el año 1821, tomó prisionero a Bonpland, después que ingresara a territorio paraguayo sin su permiso. Francia asignó al hombre de ciencias galo una residencia fija durante diez años, sin la posibilidad de circular por el país.

Muchas personalidades e instituciones intercedieron en vano por su liberación, entre los que se destacó el propio Simón Bolívar. El libertador venezolano, en su momento, llegó a amenazar con invadir el Paraguay y anexarlo a las Provincias Unidas del Río de la Plata, hoy Argentina.

No obstante, Bonpland ejerció sin problemas su profesión de médico durante su cautiverio y se ocupó de agricultura y ganadería, además de industrias menores. Incluso se unió con María, hija de un cacique guaraní, con quien tuvo dos hijos.

Finalmente, ante la insistencia de la comunidad internacional, Francia decretó la expulsión de Bonpland en 1831. Cuentan las crónicas que el científico terminó encariñándose con el Paraguay y fue tanta su nostalgia que al ser liberado lloró por no querer abandonar el país.

En lo que respecta a la situación de Artigas, el prócer oriental se vio obligado a ingresar a territorio paraguayo, al cruzar el río Paraná el 5 de setiembre de 1820, al verse acorralado por las huestes del gobernador de Entre Ríos, Francisco Ramírez. El dictador aceptó brindarle refugio, pero cuidó que no conservara ninguna influencia política ni mantuviera correspondencia con nadie fuera del Paraguay.

El caudillo uruguayo fue confinado en la lejana e inhóspita Villa San Isidro Labrador de Curuguaty, donde se dedicó al cultivo de la tierra hasta la muerte de Francia, en 1840.

Pese a que no causó problemas a las autoridades paraguayas durante su exilio, Artigas permaneció arrestado por algunas semanas después del fallecimiento del Dictador hasta que, finalmente, Carlos Antonio López dispuso su traslado a Asunción, donde vivió sus últimos años en Santísima Trinidad.

Al estallar la guerra contra la Triple Alianza (1864-1870), integrada por el Imperio del Brasil y las repúblicas de Argentina y Uruguay, el Ejército paraguayo recurrió en su momento a la estrategia de“secuestro de centinelas” con la finalidad de obtener información sobre los planes enemigos.

Dicha misión fue encomendada a José Matías Bado, un audaz capitán que supo sortear una serie de obstáculos para lograr su objetivo. Según cuentan las fuentes, el militar atravesaba esteros y montes a caballo para secuestrar a los desprevenidos centinelas de los campamentos enemigos y luego los asesinaba tras un interrogatorio.

Más allá del anecdotario histórico, en esta ocasión queremos hacer referencia específica a los casos de secuestros del tipo extorsivo, es decir que aquellos en los que la vida humana es tomada como mercancía y en los que se exige el pago de algún tipo de rescate. Esta modalidad se inició en la segunda mitad del siglo XX.

El primer secuestro extorsivo en Paraguay del que se tienen registros tuvo lugar en 1973, en plena dictadurade Alfredo Stroessner. El 27 de agosto de aquel año, en Zeballos Cué, caía en manos de un grupo de criminalesIan Duncan Martin, de 40 años, gerente de la empresa frigorífica “Liebig’s”.

Los captores tenían como objetivo cobrar un rescate de US$ 3.000.000, pero la Policía consiguió dar con ellos en Atyrá, rescatar a Martin y evitar el pago solicitado.

Con este caso se dio inicio al secuestro como negocio delictivo en nuestro país y se dio justo durante los años de la dictadura stronista, cuando el secuestro y la desaparición de opositores políticos o disidentes del régimen era moneda común y cuyas víctimas aún siguen siendo buscadas hasta nuestros días.

Casi una década después del primer caso, en marzo de 1982, tendría lugar uno de los casos que más estremeció a la sociedad paraguaya: el plagio y asesinato de Mario Luis Palmieri de Finis. El adolescente de 14 años fue secuestrado frente al Colegio de San José bajo engaños por Reinaldo Chamorro Chávez, quien lo mantuvo oculto en una vivienda de Luque hasta que lo asesinó de un golpe en la cabeza y roció su rostro con ácido.

La Policía encontró su cadáver días después y se inició una investigación que desembocó en la captura de Chamorro Chávez. Este fue condenado como autor material del ilícito. Se terminaría descubriendo que este caso en realidad se trataba de un plagio con fines vengativos.

En 1988 se volvería a registrar un secuestro extorsivo en Paraguay. Resultó víctima en aquella ocasión el niñoHenry Martin, de 5 años, hijo del empresario español Narciso Martin.

El menor fue secuestrado en Ciudad del Este por desconocidos que, finalmente, lo liberaron tras cobrar la suma de 10 millones de guaraníes y 200.000 dólares.La Policía no logró detener a los plagiadores.

EN LA ERA DEMOCRÁTICA

El primer plagio de la era democrática tuvo lugar en 1992, cuando el doctor Wenceslao Meza, ex urólogo del dictador Alfredo Stroessner, fue secuestrado y asesinadopor el joven Ricardo Chaparro Giménez. Su cuerpo fue hallado días más tarde en una fosa. El captor al principio pidió un rescate, pero tras su detención se confirmó que el móvil del caso fue una venganza.

Entre 1994 y 1998 se volvieron a producir varios plagios, aunque todos tuvieron tintes vengativos.

En 1994, tres sicarios secuestraron por equivocación al niño Rafael Ayala de Jesús, de 10 años, en Pedro Juan Caballero. El aparente objetivo era el hijo de un narcotraficante de la zona, pero los investigadores lograron atrapar a los captores poco después de liberar a la víctima.

Dos años más tarde se produjo el plagio de Cristhian Cléber Colmán, hijo del capomafioso de frontera Marcelino Colmán. Los investigadores sindicaron como autor al narcotraficante Oscar Morel Quiñónez, pero al final fueron los propios traficantes quienes lo rescataron en julio de 1996.

Finalmente, en marzo de 1998 una banda secuestró en Encarnación a Cinthia Gómez de Lovera, esposa del juez Agustín Lovera Cañete. Se solicitó la suma de 100.000 dólares por su liberación, y días después la víctima fue hallada con rastros de torturas a 10 kilómetros de la ciudad. Se sospecha que de esa manera los autores del plagio se vengaron del magistrado.

LOS GRANDES GOLPES

Con la llegada de los 2000, llegarían también los grandes golpes de la industria del secuestro. El primero del nuevo siglo fue el plagio de María Edith Bordón de Debernardi, registrado en el 2001 y por cuyo rescate se pagó un millón de dólares.

Ese fue además el inicio de la incursión del grupo criminal EPP en el mundo del secuestro. De hecho es la única banda de las varias que llegaron a existir en algún momento que se sigue dedicando a este ilícito y en los últimos 15 años ha perpetrado 10 plagios.

Otro grupo vinculado a al menos una docena de casos de secuestros era el liderado por el brasileño Mauro Carnevale y quien fuera detenido a inicios de 2013.

MEDIO CENTENAR EN 15 AÑOS

Desde la llegada del nuevo siglo, 53 secuestros han sido cometidos en nuestro país y durante el mandato de cinco presidentes de la República, tres de ellos colorados, un liberal y uno de izquierda.

El que registró los peores números en este sentido fue el colorado Nicanor Duarte Frutos, durante cuyo mandato tuvieron lugar 30 secuestros. Durante este período se registraron dos plagios perpetrados por el grupo criminal EPP: el de Cecilia Cubas, quien fue hallada muerta; y el de Luis Lindstron, liberado tras el pago de un rescate de US$ 130.000.

Horacio Cartes, también colorado, queda en segundo lugar entre los que peores números han registrado en la lucha contra el flagelo del secuestro. En poco más de tres años de mandato, se han perpetrado 12 plagios, la mitad de ellos perpetrados por el EPP.

Después llegan Luis Ángel González Macchi, con 9; Fernando Lugo con 2 y Federico Franco con un intento de secuestro que terminó en muerte.

MILLONARIOS RESCATES

Establecer con exactitud el flujo de dinero con el que se han hecho los grupos criminales con la industria del secuestro se hace muy difícil debido a que en numerosos casos, las cifras son conocidas apenas a través de trascendidos.

El secuestro por cuyo rescate se pagó el mayor rescate fue el de María Edith Bordón de Debernardi, durante el cual se pagó US$ 1.000.000. De hecho, el grupo criminal EPP es el que ha recaudado la mayor cantidad de dinero en base a este ilícito, alcanzando unos US$ 2.530.000 ya cobrados.

La cifra sería aún mayor si el grupo criminal hubiera cobrado los US$ 200.000 que pretendía recibir por la pareja de ciudadanos alemanes Robert Natto y Erika Reiser, los US$ 500.000 exigidos por Abrahán Fehr, y los US$ 700.000 pedidos a cambio de la libertad del joven Franz Wiebe.

TRES QUE SIGUEN

Actualmente, tres personas se encuentran privadas de su libertad de manera ilegítima, se trata del suboficial Edelio Morínigo (desde el 5 de julio de 2014), Abrahán Fehr Banman (8 de agosto de 2015) y Franz Wiebe (27 de julio de 2016). Todos ellos en manos del EPP.

En el caso de Morínigo, todos los días rompe su propia marca como el plagio más largo de la historia de nuestro país y los criminales plantearon usarlo como moneda de cambio para un trueque. Se desconoce la situación de los tres y la desesperación aumenta.

Fuente: ABC Color

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