Por Estefanhy Cantié, enviada especial
Agotados tras una larga caminata, numerosos peregrinos aprovechan la sombra que ofrecen las inmediaciones de la Basílica Menor de Caacupé para tomar un breve descanso, antes del inicio de las actividades eclesiásticas.
Una innumerable cantidad de personas recostadas a la sombra de los árboles es el primer pantallazo que nos muestra las inmediaciones de la Basílica Menor de Caacupé a nuestra llegada.
Los feligreses católicos que llegaron durante la mañana del miércoles a la Villa Serrana aprovechan las horas de la siesta para reponer fuerzas, con el objetivo de presentarse en mejores condiciones al altar de la Virgencita Azul tanto esta noche como mañana por la mañana, en la misa central.
Una gran cantidad de comerciantes están apostados en los alrededores de la Basílica, ofreciendo desde alimentos hasta sombreros para protegerse del sol, pasado por termos de agua con motivos de la fiesta espiritual, así como otros objetos tradicionales y no tanto que pueden captar el interés de los visitantes.
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