Rodearse de personas de confianza, escoger colaboradores directos según el grado de cercanía e intentar llevar a cabo proyectos con ellos, puede resultar tanto en el éxito como en la frustración para la organización. Trabajar con los familiares puede ser la mejor opción, o la peor decisión. Lo cierto es que de experiencias malas, se sabe.
Si bien, a la hora de contratar a una persona debería primar la competencia, suele ser frecuente que se antepongan los lazos familiares y ello desemboque en más de un inconveniente que podría terminar por dañar las relaciones establecidas.
ENCUESTA
Preguntamos a nuestros seguidores en Twitter sobre si creen que emplear a un familiar puede ser efectivo. En la encuesta, en la que 300 personas votaron, el 67% respondió que no creen que sea bueno, mientras que el 33% respondió que sí.
La Lic. Míriam Ginzo, presidenta de la Asociación Paraguaya de Recursos Humanos, explicó que, aparte de situaciones en que el familiar o el amigo no reúne los requisitos para el puesto, también existen casos en que el familiar sí puede ser competente, pero las relaciones personales no son las mejores para redituar en un buen ambiente laboral.
‘‘No somos varias personas a la vez, somos una misma persona llevando a la vez diferentes relaciones en todos los ámbitos de su vida, pero es la misma persona. Nosotros podemos hacer muchos esfuerzos emocionales pero que las dificultades personales con ese jefe-amigo no repercutan en el trabajo puede ser muy desgastante”, menciona sobre los inconvenientes que se puedan generar fuera del marco laboral.
INCUMPLIMIENTOS
Los inconvenientes organizacionales entre el empleado y el empleador se pueden dar aun con mayor frecuencia cuando se priman las relaciones cercanas por encima de la competencia. “Si se ponen claras las competencias que requiere un puesto, entonces ya se sabe que la persona que va a entrar tiene la calidad profesional y las cualidades requeridas, entonces lo que hay que hacer son precisiones de la relación de autoridad que va a tener el futuro empleado hacia el empleador, a quién debe obediencia. Siempre hay que conversar y hay que arreglar”, aconsejó.
LÍMITES
Entre amigos o familiares, las reglas son difíciles de establecer. “Es fácil decir ‘nuestra amistad termina donde comienzan las responsabilidades laborales’ eso es una mera expresión de deseo, todos decimos eso, pero a la hora de llamar la atención porque algo que no se vio bien, o por algo que no se cumplió, o porque el trabajo está siendo realmente mediocre, en realidad no funciona. Uno siente mucho pesar al tener que llamar la atención al colaborador”.
FAMILIAR O AMIGO
“La generalidad dice que cuesta el relacionamiento laboral entre parientes”, menciona.
Pero una de las razones que inciden en un relacionamiento complicado, es la eficiencia afectada por necesidades personales del empleado, que muchas formas se dan de manera desmedida tanto que se reflejan en un vacío notable en el puesto.
Es decir, un empleado exento del círculo familiar, no incurrirá en errores con tanta frecuencia como uno que está ligado por vínculos con los jefes.
Un ejemplo claro es la situación de urgencias frecuentes que pueda tener un familiar, sobre lo que menciona que todos tenemos las mismas necesidades. “Puede tener una necesidad urgente de solucionar un problema y faltar al trabajo, pero no va a faltar un montón de veces’’.
DIFERENCIA
Explicó que los empleados que no están directamente ligados al jefe, tienen un mayor sentido de cumplimiento con su trabajo. “El colaborador que no es pariente, cumple su trabajo, hace las cosas, tiene presentismo”.
A diferencia de esto, señaló que en la mayor