Copas moderadas

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Siempre vale brindar por las cosas buenas. Las mujeres de hoy pueden disfrutar de un trago solas o acompañadas, en casa o en lugares públicos. Con moderación, el alcohol es un aliado.

Además del voto, de usar pantalones o fumar cigarrillos, con el correr del tiempo, las mujeres han conseguido también poder beber alcohol normalmente, sin tener que esconderse por temor a ser mal catalogadas, como antes. No obstante, una cosa es la adicción, y otra, el sano placer de disfrutar una buena copa. Entre los beneficios de saber beber lo justo y necesario podemos citar que el consumo diario de uno o dos vasitos de vino reduce el riesgo de osteoporosis (más común en la mujer, sobre todo después de la menopausia) y activa el proceso de restauración del tejido óseo. Estudios de la Universidad de Oregón demostraron que las mujeres que consumen regularmente pequeñas cantidades de alcohol tienen los huesos más fuertes que aquellas que abusan o las abstemias. Si bien beber alcohol en cantidades no recomendables genera problemas graves a cualquier edad, hay científicos que aseguran que beber en cantidad moderada produce un efecto favorable sobre el cuerpo en edades medias y avanzadas. En especial, previene enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y aumenta la esperanza de vida. Cabe destacar que, al contrario, durante el embarazo y mientras se amamante, beber alcohol debe evitarse al 100 %, para no dañar al bebé física ni mentalmente; cada año nacen miles de niños con cierto grado de daño cerebral por causa del alcohol.

Por otro lado, tomarse más de un trago afecta más a las mujeres que a los hombres. La razón es porque el alcohol es metabolizado de manera diferente, de acuerdo a la cantidad de agua en el cuerpo, la distribución de grasas y, principalmente, por la presencia de la enzima alcohol deshidrogenasa (que es mayor en el estómago masculino y elimina el alcohol tóxico).

Según evidencias, las mujeres se emborrachan con más facilidad, pues alcanzan los niveles más altos de alcohol en la sangre incluso con dosis más pequeñas. Aproximadamente, un trago para la mujer de mediana estatura tiene el efecto de dos en el varón. “Para evitar caer en riesgos de salud, se recomienda a las mujeres beber dos o tres vasos de cerveza al día, cada uno con la mitad de una pinta de cerveza (es decir, más o menos 250 ml), y uno o dos vasos pequeños de vino (100 ml). Si se bebe más que esto, podría derivar en cáncer de seno, boca y garganta; sin mencionar el sobrepeso, los problemas circulatorios y la depresión”, afirma la nutricionista y periodista británica Rose Prince.

Si bien la mujer tiene menos tendencia a caer en el alcoholismo, los efectos en su salud la afectan más rápido que al hombre. Mucho tiene que ver que la mujer sea más propensa a la ansiedad y los desórdenes alimenticios.

En cuanto al porqué beben más hoy las mujeres, la respuesta es que está aceptado socialmente, y ellas prestan menos atención a los hábitos y mandatos de décadas pasadas. Por último, respecto a conducir estando ebrias, en comparación con los hombres, las mujeres suelen rehusarse más a hacerlo (sus reflejos quedan muy afectados) y, por ello, se involucran en menos accidentes.

Del tequila al cóctel

Beber saludablemente depende también de factores como el clima y la región. Probablemente, una mujer eslava –acostumbrada a las bebidas fuertes, como el vodka– podría “vencer” sobriamente a una mujer (u hombre) de región tropical que no está acostumbrada a beber en las mismas condiciones y circunstancias. No obstante, en nuestra cultura latina, muchas mujeres en ronda de amigas no se niegan a un buen tequila; le siguen en preferencia el vino, la cerveza, los licores y cócteles suaves.

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Fuente Internet

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