Hiperactividad en la infancia

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La conducta en la infancia es una de las preocupaciones de padres y maestros, ya que es la etapa de crecimiento y desarrollo integral. Es cuando el aprendizaje se realiza a través de juegos y actividades, que requieren todo el potencial.

La licenciada Mirtha Riveros, psicóloga, afirma que uno de los primeros pasos para la socialización es la buena comunicación entre pares y superiores, darse a conocer y sentirse aceptados por el grupo de compañeros. Durante la etapa escolar es menester conocer las características individuales que presenta cada niño, de manera de brindarle todo el apoyo necesario para el buen desarrollo de sus capacidades y habilidades.

“La detección precoz de ciertos rasgos de conducta que comprometen la calidad de vida del individuo es fundamental; cuanto más temprana es la intervención, mejor calidad de vida se le brindará. Estas observaciones surgen dentro del ámbito familiar y escolar cuando en repetidas ocasiones se observan patrones de conducta perjudiciales para la convivencia social y el aprendizaje”, agrega.

Expresa que “es recomendable que se adopten las medidas iniciales para detectar y si es necesario derivar a un especialista ante la aparición de episodios que comprometen el buen desempeño del infante. Por eso es importante que las personas que tratan al niño a diario tengan la información suficiente que les permita llevar a cabo esta primera detección; ante la sospecha de que algo no marcha bien, lo más acertado entonces es remitirlo a un profesional, pediatra, neurólogo, psicólogo o psiquiatra”.

La profesional acota que “existen diversas psicopatologías asociadas a la hiperactividad, que deberán ser diagnosticadas y tratadas. Sin embargo, cuando no se produce el tratamiento, o este no es el adecuado, los resultados pueden ser destructivos. Muchas veces el tratamiento debe ser multidisciplinar y no solamente farmacológico”.

“La hiperactividad es un trastorno de la conducta, descrito por primera vez en 1902, por Still. Se trata de niños que desarrollan una intensa actividad motora, se mueven continuamente, sin que esta actividad tenga un propósito, poseen un espíritu destructivo, son insensibles a los castigos, inquietos y nerviosos”, define.

Enfatiza que “por ejemplo, van de un lado a otro, empiezan una tarea sin completarla para empezar otras que a su vez la dejan inacabadas. Esta hiperactividad aumenta cuando están en presencia de personas extrañas a su entorno y disminuye la actividad cuando están solos”.

Sus estados anímicos

“Estas características del chico, unidas a sus estados de ánimos bruscos e intensos y a su temperamento impulsivo y fácilmente excitable, crean frecuentes tensiones en la casa o en el colegio. Generalmente, son incapaces de estar quietos en clase o en otras tareas concretas”, resalta.

 

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