“Paraguay se ha ordenado, es un país estable y de oportunidades”

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Twitter: @acostasamu

Dijo sentir mucho respeto por los avances económicos que ha mostrado el país, motivo por el cual está explorando nuevas inversiones. Aconsejó no aplicar la retención a la soja y sí potenciar los negocios mirando hacia la región.

 

El empresario y político del vecino país Francisco De Narváez, de visita por Asunción, señaló estar analizando posibles nuevos negocios en Paraguay, una nación a la que respeta por su estabilidad económica, condimento clave para la inversión.

–Sabemos que tiene a través de la tienda Rapsodia presencia en nuestro país. ¿Está analizando nuevas inversiones?

–Como grupo empresarial miramos la región, hay mucho para aprender de otros grupos en distintos rubros. Estoy en Asunción, vengo muy seguido. Trajimos la primera experiencia que fue la marca Rapsodia de indumentaria. Estamos muy contentos con los resultados. Estamos interesados en el negocio que tenga que ver con el comercio de supermercados, ropa, negocios inmobiliarios, es un poco lo que sabemos hacer.

–Citó a los negocios en el área inmobiliaria. En los últimos años el gran desarrollo que ha tenido la nueva área corporativa en Asunción fue por edificios de alta gama que en su mayoría son inversión de origen argentino. ¿Ven a Paraguay como una buena oportunidad para hacer este tipo de negocios?

–Hablando a título personal, te digo que es verdad. El Paraguay se ha ordenado y demostrado que es un país estable, de oportunidades. Es un destino. Pienso en esta condición de generar un núcleo de empresas que regionalmente sean fuertes, porque el mundo que viene es un mundo más acotado, la globalización va a ser suplantada por la regionalización. Irrumpen cuestiones como la venta por internet. Las compañías están buscando más qué piensa el consumidor, qué quiere y todo interactivo; la velocidad de las decisiones tiene que ser otra. Esto nos hace pensar que la diversificación de negocios en distintos países te permite tomar ventajas de lo mejor y protegerte de mejor manera de las situaciones adversas.

–En los últimos años vimos a una Argentina y Brasil pasando por una dura recesión; sin embargo, el Paraguay, pese a que ambos son nuestros principales socios comerciales, tomó medidas para seguir creciendo. ¿Qué visión tienen sobre nuestro país?

–De muchísimo respeto. Los paraguayos se han convencido en sustentar determinadas políticas públicas en el tiempo que hacen a una mejor vida para sus ciudadanos. Te repito, es un país considerado estable, como Uruguay, Chile y, en alguna medida, Bolivia. Argentina y Brasil son exactamente lo contrario. No me gusta hablar de mi país cuando estoy afuera, pero sí digo que los argentinos venimos gastando mucho más de lo que podemos gastar. Es como en una familia, hay un día que te fían en el almacén, pero al segundo o tercer día te dicen ‘tenés que pagar la cuenta’. Cada vez que Argentina tiene que pagar la cuenta hay dos a cuatro millones de argentinos que caen en la pobreza. Paraguay se ha ordenado, tiene prioridades. Sé que están discutiendo una ley sobre retención a la soja. Hay todo un debate, lo vengo siguiendo, es interesante. Lo importante es que estas políticas sean sólidas, después las políticas se van ajustando y el Paraguay es un ejemplo a seguir.

–Usted citó al impuesto a la soja. En este momento esta cuestión se encuentra en debate parlamentario en Paraguay. Mucho se recordó el caso argentino y cómo medidas similares golpearon al campo. En base a esa experiencia, ¿qué recomendaría?

–Creo que, en un país que necesita tener un flujo de exportaciones importantes, ponerle impuesto a la exportación no me parece una buena idea. Es como un camino de ida; se comienza muy bien, pero después tiene patas cortas. Lo que pienso, en general, es que nuestros países tienen que tener capacidad competitiva para exportar, poder entrar con nuestros productos con mano de obra agregada. Me gusta mucho más un país que en vez de cargar cereales en un barco, esté cargando alimentos (procesados), porque esto produce internamente empleo, y en lugar de ser una terminal portuaria, sea una fábrica. Esto creo que está en el destino de Argentina, Paraguay, nuestros países tienen riqueza agrícola-ganadera, pero no solamente para ser generadores de materia prima.

–Argentina y Brasil tienen perspectivas de retornar a la senda del crecimiento este año, pero ese camino es más lento de lo previsto a principios de este año. ¿Qué análisis hace sobre ambos?

–No es fácil convivir al lado de dos grandes que no son precisamente los más estables, y eso merece mucho mérito para países como Uruguay y Paraguay. De la Argentina lo que puedo decir es que el gobierno de Mauricio Macri ha tenido muchos aciertos, pero también necesita tener otros más para consolidar un proceso de cambio estructural. Venimos de una década donde se destruyeron muchos valores, uno de ellos es precisamente la vocación de trabajo, la generación de empleo, la estabilidad, y recuperar esos valores es fundamental. Se ha hecho mucho, pero falta aún mucho por hacer.

–Usted pone mucho énfasis en fortalecer la economía regional, pero el Mercosur continúa sin satisfacer las expectativas de sus propios asociados. ¿Qué hacemos mal?

–Creo que Sudamérica tiene un enorme futuro si somos capaces de asumir el desafío. En el sector privado, el desafío es unir fuerzas. Cuando uno ve una compañía en Europa, la ve en distintos países sumando asociaciones inteligentes con ventajas competitivas. Tenemos que salir del localismo y entrar en la regionalidad. No creo aún que vayamos a tener una moneda común, como ha tenido Europa, pero sí creo que podemos tener tratados que favorezcan al cambio regional.

–Se está insistiendo con el acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea, ¿ayudaría mucho lograr ese libre comercio entre ambos bloques?

–En todo acuerdo hay que tener presente que si recibís algo, también tenés que ceder. Los tratados con la UE y los EEUU son ventajosos, pero hay que ser muy cuidadosos de qué estamos cediendo por el camino. Del otro lado negocian muy bien. Me gustaría ver fortalecidos más acuerdos con Chile, Bolivia, Colombia, Perú, países con enorme potencial. Tenemos que ser capaces de poder lograr entre nosotros mismos la generación de mejores condiciones de negocios.

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