En el 2019, el primer templo masón del Paraguay, ubicado en Palma entre Montevideo y Colón, cumplirá 120 años. Tras las obras abrirá sus puertas para que turistas puedan conocer el universo simbólico de la logia.
El anuncio de la restauración lo hicieron Benigno Villasanti, Gran Maestro, y Jorge Goldenberg, Soberano Comendador, quienes resaltaron la importancia histórica del templo que está edificado en un terreno de 370 metros cuadrados adquirido por el ex presidente y Gran Maestro Dr. Cecilio Báez (1862-1941), el 6 de setiembre de 1899.
Dos años después se inició la construcción del primer templo masónico del Paraguay.
Goldenberg destacó que la masonería es una, a pesar de las múltiples conformaciones que integra, que el templo es un símbolo de vida, de hermandad y que este lazo trasciende fronteras. En el acto participaron máximas autoridades de la masonería internacional.
Los arquitectos José Calvo y Gilda Urbieta fueron los responsables de detallar las intervenciones a realizar en el templo y que tienen que ver con la reparación de la cubierta superior de la nave principal (espacio entre dos muros), que es donde se originan las filtraciones que causan humedad y deterioran el patrimonio.
El segundo aspecto que se atenderá es la recuperación de la fachada y la eliminación de un portón lateral para reponer el acceso central que originalmente tenía el templo. Los trabajos durarán entre seis y ocho meses y tendrán un costo de 200.000 dólares, fondo proveniente de la institución filantrópica.
El intendente de Asunción, Mario Ferreiro, participó en el acto y agradeció la iniciativa de devolverle a este edificio histórico su esplendor. Además, resaltó la posibilidad de habilitar el lugar como un museo para que los asuncenos y visitantes puedan apreciar el simbolismo y la historia que guarda el lugar, para así superar los prejuicios y luchar contra la ignorancia y la intolerancia por la libertad, la igualdad y fraternidad, lema de la masonería.
El Templo Masónico de Palma, considerado uno de los más bellos de Sudamérica y de Paraguay, abrió sus puertas al público por primera vez durante la Guerra del Chaco siendo sus instalaciones utilizadas como un banco de sangre.