El representante diplomático pide que se respeten los procesos democráticos e institucionales. Dio a entender que los sucesos de marzo y abril por la enmienda afectaron el clima de negocios y la llegada de inversionistas al Paraguay.
Claro, firme y conciso, aunque diplomáticamente, el encargado de negocios de la Embajada de los Estados Unidos, Hugo Rodríguez, habló con ÚH y dejó sentada su postura con respecto a varios temas. En esta entrevista habla de Cartes, de la Justicia, de la crisis política de marzo pasado, de los legisladores y de los aspectos negativos y positivos del país.
–¿Cómo ve al gobierno de Cartes?
–Paraguay sigue estando activo en asuntos regionales e internacionales. Reconocemos el arduo trabajo de liderazgo del gobierno del presidente Cartes, y especialmente del Ministerio de Relaciones Exteriores, para proyectar el Paraguay. Sin embargo, el país todavía tiene sus retos regionales, incluyendo el tráfico de drogas, el lavado de dinero y la inmigración irregular.
–¿Que evaluación hace de la gestión del presidente?
–Cartes inició su mandato con un enfoque en la infraestructura y la transparencia. Sin duda, han habido logros significativos en estas áreas, pero las percepciones y alegaciones de corrupción continúan, así que falta todavía trabajo para vincular la ley de transparencia con resultados palpables.
–A partir de su experiencia en otros países, como en México o Perú, por ejemplo, ¿cuál considera que es el mayor desafío de este Gobierno?
–Seguimos apoyando al sector gubernamental con herramientas para la transparencia y rendición de cuentas. En efecto, en estos días la Senac presentó nuevos instrumentos desarrollados para la prevención de la corrupción, en el marco de la implementación del Plan Nacional de Prevención de la Corrupción.
–¿Cómo siguió Estados Unidos el intento de reelección de Cartes?
–Estados Unidos, mediante un comunicado, expresó su profunda preocupación por las violentas protestas ocurridas esa noche, condenó el incendio del edificio del Congreso Nacional del Paraguay. También lamentamos el triste deceso del joven Rodrigo Quintana. El diálogo pacífico, incluyendo la protesta pacífica, es esencial para cualquier democracia. Entendemos que siguen los debates acerca de posibles revisiones a la Constitución Nacional. Si esto avanza, debe hacerse de una manera transparente y abierta, que respete los procesos democráticos e institucionales de acuerdo con la Constitución del Paraguay.
–¿Afectó o no al clima de negocios o posibles inversiones el inestable clima político del país en marzo pasado?
–El inicio del conflicto de marzo y abril ocurrió durante una reunión hemisférica del BID que atrajo a líderes de gobierno, finanzas y empresas de todas partes de Latinoamérica y otras regiones. El experimentar este conflicto tuvo que influir en las opiniones de estos líderes. Es muy común que compañías estadounidenses nos pregunten por la estabilidad política y los eventos de marzo y abril.
–La Embajada siempre tuvo un rol fuerte en el proceso paraguayo, una consulta obligada de los políticos. En este contexto, ¿cómo ve el proceso paraguayo, de cara a las internas de este año y las elecciones generales del año próximo?
–La Embajada ofrece el mismo espacio a todos los candidatos de cualquier partido que pidan acceso o ayuda para agendar reuniones oficiales con autoridades estadounidenses cuando hagan visitas a los Estados Unidos. Viendo las internas de este año y las elecciones generales del año próximo, quedamos atentos a los resultados para ver quiénes serán los socios y las socias con quienes estaremos trabajando para expandir y profundizar las relaciones entre nuestros países.
–¿No preocupa a Estados Unidos que legisladores se nieguen a transparentar el uso de los fondos destinados a las campañas políticas dilatando la ley de financiamiento?
–Entendemos que hay un proyecto de ley para establecer controles adicionales y profundizar la transparencia en el financiamiento político. Dependiendo de las modificaciones y modalidades de este proyecto, podría ayudar a limitar la influencia reportada de fondos ilegítimos en el proceso político. La Usaid está apoyando la transferencia del software que se llama Cuentas Claras de Colombia para que haya mayor vigilancia sobre los gastos de los partidos políticos en las elecciones generales. El votante paraguayo merece líderes políticos que respondan a sus intereses y no actores que busquen comprar influencia y atención.
–En Paraguay tenemos una palabra para definir la impunidad, que es el oparei. Surgen las denuncias, las pruebas, pero al ir a la Justicia todo queda varado. ¿Qué piensa de esta situación?
–Conozco el término oparei, y el Paraguay requiere de tembiapo (acción). El Paraguay está mejorando cada vez más sus leyes e instituciones. Si la Fiscalía y las Cortes podrían trabajar juntos para dar seguimiento a las denuncias y pruebas de corrupción, el establecer una tradición de condenas podría ayudar a cambiar la práctica del oparei.
–¿Cuál es la mayor debilidad de Paraguay para las inversiones y los negocios?
–Yo diría que el marco legal representa un área central de debilidad. Cuando las empresas foráneas no pueden tener confianza que sus disputas legales y comerciales se resolverán de una manera eficiente, justa y transparente, esto crea inestabilidad para los negocios acá y para posibles inversiones futuras. La juventud del Paraguay es una ventaja increíble para los negocios. Si Paraguay puede proveer educación y oportunidad a estos jóvenes, este país podría ser un motor de la innovación y el ingenio.
–¿No preocupa el contrabando de cigarrillos a EEUU y es cierto que las empresas de Cartes y otras empresas están siendo investigadas?
–El contrabando en general en el Paraguay es preocupante, ya que representa una pérdida de ingresos tributarios para el Estado y daño económico para las compañías legítimas.
–¿No teme que el modelo venezolano se replique en otros países, como en Paraguay por ejemplo, y qué se puede hacer desde los conductos democráticos?
–La democracia es una institución frágil y el mantenimiento de la democracia requiere que el pueblo insista en su desarrollo. EEUU coopera con gobiernos de países alrededor del mundo con el objetivo de desarrollar y mantener sus instituciones.
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