CARACAS. Seis aliados del presidente de Venezuela, con oscuros antecedentes, figuran entre candidatos a miembros de la Asamblea Nacional Constituyente para reescribir Carta Magna. Su esposa, su hijo y su excanciller serán el contrapeso a Diosdado Cabello.
La oposición no participará de las votaciones para elegir a 545 asambleístas y, al igual que varios gobiernos de América, piden al gobernante Nicolás Maduro suspender la convocatoria.
Nicolás Maduro se aseguró de «equilibrar» las fuerzas en el chavismo y es por ello que ubicó entre los candidatos a su esposa Cilia Flores, una política y abogada que en el 2011 llegó a presidir la Asamblea Nacional, repitió como diputada en el 2015.
Sin embargo, dejó de asistir al Parlamento poco después de que sus sobrinos fueron detenidos en Estados Unidos por narcotráfico.
Flores ha adelantado que la Constituyente terminará con la «anarquía» y la «impunidad».
También, Delcy Rodríguez, quien dejó su cargo de canciller, que ocupaba desde el 2014, para postularse como candidata a la Constituyente. Una de las propuestas de esta abogada de 48 años es conformar «comisión de la verdad» que investigará la centena de fallecidos desde abril, durante una ola de protestas opositoras.
Maduro ha dicho que la comisión será presidida por Rodríguez.
Se suma a línea «madurista», Nicolás Maduro Guerra, hijo del gobernante. En su biografía en Twitter dice que es licenciado en Economía y “soldado de (Hugo) Chávez hasta más allá de la vida”. Es candidato a la Constituyente en representación del sector de los trabajadores.
“Nicolasito” también fue la comidilla política en marzo de 2014, tras ser capturado en un video, que se hizo viral en redes sociales, bailando bajo una “ducha” de dólares en una boda en un lujoso hotel de Caracas.
El incidente se conoció cuando ya arreciaba la crisis económica de alta inflación y escasez de alimentos y medicinas en el país petrolero.
Los tres mencionados más arriba harán de contrapeso al actual legislador chavista, Diosdado Cabello, quien es teniente del Ejército. El ahora político participó, junto al fallecido presidente Hugo Chávez, en el fallido golpe de Estado de 1992.
Una década más tarde, Cabello fue ungido como vicepresidente y en el 2002 ocupó la presidencia por escasas horas tras un breve golpe de Estado contra Chávez. Además, ha sido ministro, gobernador del estado Miranda, diputado y presidente del Congreso.
Ha sido señalado por medios de comunicación internacionales de supuestos vínculos con el narcotráfico, acusaciones que ha negado tajantemente. Es el primer vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Completan el sector «aliado» de Maduro, la chavista Iris Varela, exministra de cárceles. También formó parte de la Asamblea Nacional Constituyente que, en 1999, redactó la actual Carta Magna del país petrolero junto con Hugo Chávez.
En la semana fue incluida en un paquete de sanciones de Estados Unidos a funcionarios venezolanos, a lo que ella respondió a la usanza de Chávez: «¡Váyanse al carajo, yanquis de mierda!».
Adán Chávez es otra pieza clave del Maduro para mantener la figura e ideas de su antecesor. Es hermano del expresidente Chávez, físico y docente universitario de 64 años. Fue embajador de Venezuela en Cuba y ministro de Educación y Cultura. Adán, el mayor de cinco hermanos, fue también uno de los fundadores del PSUV y miembro de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999.
También, está Wills Rangel, el actual presidente de la Federación Única de Trabajadores Petroleros (Futpv) y desde hace cuatro años ocupa el cargo de director externo de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
El líder sindical, con 35 años en la industria petrolera, avanzó con su candidatura luego de que Maduro propuso su nombre por el sector petróleo y minería. Parte de su oferta es garantizar la seguridad y la justicia social de los trabajadores.
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