Riesgo de derrumbe afecta a 1.500 niños en las escuelas de Caaguazú

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Caaguazú es la segunda zona más afectada por la emergencia de infraestructura. Los chicos dan clases bajo árboles, hay obras con retrasos y otras instituciones que siguen a la espera de una palada inicial.

Un informe revelado al equipo de ÚH desde la cartera educativa sostiene que alrededor de 1.569 niños y niñas de Caaguazú son afectados por la precaria infraestructura de las instituciones educativas públicas donde todos los días deben ir a estudiar. Dan clases bajo árboles, mientras docentes recurren a la imaginación y la creatividad para evitar que los menores dispersen la atención y aprendan al menos la tabla de multiplicar.

Este mal golpea con mayor dureza a los distritos de Vaquería, Yhú, Caaguazú, Coronel Oviedo y Tebicuarymí. Los establecimientos escolares se encuentran ubicados en caminos rurales, alejados del acceso a la salud y al transporte para trasladarse.

Otro distrito que también sufre por este problema es Cruruzú Araújo, informó el corresponsal de ÚH de la zona, Robert Figueredo.

Allí, a kilómetros de la ruta principal funciona en peligro de derrumbe el colegio Nacional San Juan Bautista.

Una precaria situación es la que se observa en el pabellón de la Media, donde una de las salas de clase está por caer.

Obras paradas. Los escolares dan clases bajo mangos a raíz del retraso de las obras en las escuelas Corazón de Jesús y Roque González de Santa Cruz del distrito de Tebicuarymí.

Rodeados del cañaveral, decenas de estudiantes intentan aprender lecciones en la intemperie. El intendente Alejo Ríos dijo que los trabajos pararon por una cuestión particular de la empresa contratada, Constructora Chávez.

La falta de infraestructura es el principal problema en escuelas de Caaguazú, hay mucho peligro con los niños. Aurora Ledesma, docente de Tebicuarymí.

«Prefiero volver al kokue que un techo caiga sobre un niño»

Dos años fungió de director ad honórem en la escuela Sagrado Corazón de Jesús, en Caaguazú. Desde hace meses solicita que la sede educativa sea intervenida, sin embargo no recibe respuesta.

Cedelio Paredes es director de una escuela ubicada en la localidad de Tebicuarimí. Tiene un pabellón clausurado por peligro de derrumbe y hasta el momento ningún aula fue reparada.

Los alumnos dan clases bajo los árboles, en medio del extremo calor y, a veces, fríos polares.

Los docentes recurren a la creatividad para que los estudiantes aprendan a sumar. «Si pasa algo yo voy a ser el culpable. Prefiero volver al kokue antes que un techo caiga por un niño», agregó.

Dentro de su calvario se sumó la persecución de sus superiores, quienes le cuestionaron que la prensa haya revelado la precaria situación edilicia que somete a esta sede educativa.

El educador dijo que teme que alguien salga herido o pierda la vida en medio de la alta precariedad edilicia que le toca administrar por el peligro de derrumbe.

Mientras, los alumnos dan clases bajo tupidos árboles de mango en el patio.

MEC desconoce cantidad de instituciones en emergencia

¿Cuántas son las escuelas que están en alerta de infraestructura en Paraguay?

«No tenemos los números», respondieron ayer representantes del MEC en una visita a la redacción de nuestro diario, donde alegaron que deben cruzar datos con municipios y gobernaciones para brindar una cifra.

El último número de instituciones educativas de gestión oficial bajo alarma de acuerdo a datos del ministerio era de 3.909 de 7.500.

«Pero ahora hay obras que ya se hicieron en los departamentos», aseguró la directora de Planificación, Celeste Mancuello. Además, la cartera educativa no previó aulas móviles mientras se inicie el ya famoso proyecto 676. El coordinador de Infraestructura del programa, Alberto Bogarín, admitió que seguirán bajo árboles.

 

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