Por Bernt Entschev @Bentschev
Fundador de The Bernt
La mayoría de las empresas brasileñas aún no se han detenido a analizar profundamente que, personas felices en el ambiente de trabajo suelen ser más productivas y defensoras de las marcas que representan. Es verdad, aunque nuestros gestores no se han dado cuenta de que el nivel de felicidad aumenta justamente cuando la corporación se ocupa en resolver pequeños detalles que impactan en el día a día del profesional. Esto significa que no es necesario mucho dinero para obtenerla. A fin de cuentas, la felicidad no se compra. Se conquista.
Como ejemplo práctico podemos mencionar: imagínese una oficina donde las personas permanecen un promedio de ocho horas por día. En este lugar es importante que los colaboradores tengan un espacio adecuado parar realizar sus funciones. Ambientes cerrados, con mucho ruido, sin ventanas, con gente amontonada por todos lados puede ser un factor que genera estrés y donde los profesionales están propensos a ser menos felices.
Por otro lado, usemos el ejemplo de una empresa donde los colaboradores utilizan equipos que funcionan, con mantenimiento al día y no obsoletos. Agregue a esto, inversiones tecnológicas donde las personas son orientadas a utilizar y a optimizar estos equipos para el mejor desempeño de sus funciones. La tendencia es que ese equipo tenga un grado de felicidad elevado.
Está en el rol de los gestores de las corporaciones, así como del área de recursos humanos, fomentar el grado de satisfacción y felicidad de su público interno. Si el colaborador entiende efectivamente la cultura organizacional de la empresa, es muy probable que tendrá el discernimiento si la conducta práctica de la organización es convergente con el discurso. Cuando existe esta visión, el grado de satisfacción también aumenta.
Programas motivacionales, premios de reconocimiento, actividades físicas o integración con la familia, proveedores y comunidad. Todo esto puede ser ofertado y despierta felicidad en las personas. Y podemos dar muchos otros ejemplos que no están fuera de la realidad.
Ahora, puede estar preguntándose, ¿y el salario? Sin ninguna duda también es un factor relacionado a la felicidad, a fin de cuenta es lo que paga nuestras cuentas y la principal razón que nos hacen querer trabajar. Para que también sea un ítem a contar a favor de la felicidad, es de extrema importancia que el colaborador entienda cuánto él vale para el mercado y cuánto el mercado está pagando en la actualidad. Si se resuelve este enigma, las personas tenderán a reconocer y valorar lo que reciben al final del mes.
Además de eso también están los beneficios con seguro salud, guardería, programas de participación en las ganancias entre otros. La persona feliz en el ambiente de trabajo también puede ser más sensata y capaz de ver por diferentes ángulos de un mismo prisma.
¿Por dónde empezar? Si hay dudas en su empresa, empiece realizando un levantamiento de lo que se ofrece actualmente. Debe tratar de escuchar a los colaboradores sobre las necesidades reales del público interno. Oriente a sus gestores y profesionales del área de recursos humanos, afinando el discurso y la práctica. Celebre conquistas con la persona que ayudó en el proyecto, y rehaga el proceso en determinados períodos.
Ahora, si usted está en el rol del colaborador, intente analizar estos factores en la empresa que trabaja. Antes de realizar alguna crítica, debe fundamentar, pesar, reconocer y sugerir. Haga que su observación sea realmente algo que va a agregar para la administración y su felicidad y la de sus colegas. Estas pequeñas actitudes pueden hacer que nuestro trabajo sea más y ligero y placentero. ¡Confíe!
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