Negocio de tarjetas se redujo en casi USD 100 millones en 2 años

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En la fecha se cumplen dos años de la vigencia plena de la Ley 5476, que fijó límites a la tasa que las entidades financieras pueden cobrar a los usuarios en el instrumento de las tarjetas de crédito.

Los números comparados del Boletín Estadístico del Banco Central del Paraguay (BCP) muestran que el saldo total a financiar, sumando la cartera de tarjetas de bancos y financieras, se ha reducido en USD 97,9 millones, respecto al nivel que se tenía hasta setiembre de 2015, antes de que rija la polémica normativa.

Carlos Pereira, gerente de Bancard, la principal procesadora de tarjetas del mercado, consideró que los más afectados fueron los comercios, cuya actividad estaba más vinculada a la venta con ingresos menores, que satisfacían las necesidades de consumo con este instrumento.

No obstante, dijo que las ventas no financiadas a través del dinero plástico mantienen su ritmo, principalmente en supermercados. Las ventas financiadas de artículos para el hogar sí tuvieron una fuerte reducción, aunque este año se están recuperando.

Los bancos reactivaron las promociones desde febrero de 2016; sin embargo, no hubo una recuperación fuerte en los niveles de consumo, pese a que la tasa de interés estuvo siempre por debajo del 20%

 

«Aquellos consumidores con menores niveles de ingresos son los más sensibles a la existencia de promociones comerciales, pero muchos actualmente ya no tienen tarjetas. Esto estaría relacionado al abaratamiento del crédito relativo, ya que las tasas de bancos y financieras se redujeron de 50% en 2015 a un 15% actualmente», explicó el gerente de Bancard.

débito. En los dos años de vigencia de esta normativa, a la par de la reducción en el número de plásticos de crédito, se ha visto un incremento en las tarjetas de débito.

«El débito no reemplazó al crédito, porque las de crédito extienden la capacidad de gasto por encima del ingreso, mientras que las tarjetas de débito no. Es posible que aquellas personas con ambas tarjetas hayan aumentado más el débito, pero no podemos considerar que sustituyan a la de crédito», indicó.

Para Pereira, lo que perdieron los segmentos más bajos –muchos salieron del sistema– es una herramienta de pago y las alternativas dentro de este negocio son limitadas. «Con las reducciones en la tasa de interés que implementó la ley de tarjetas, el volumen del negocio y los incentivos para los bancos y financieras de buscar estrategias de uso de tarjetas es menor», afirmó.

Algunos directivos de bancos y financieras consideran que un efecto de la ley de tarjetas es la migración de aquellos que salieron del sistema hacia formas de préstamo menos reguladas, como las que ofertan las casas de crédito.

«Esto sería una posibilidad que continuaría la demanda de crédito para algunos, a pesar de no tenerlas más. Las tarjetas de crédito y las promociones comerciales vinculadas le daban flexibilidad y facilidades a los tenedores de ingresos menores para hacer compras importantes como electrodomésticos», consideró. Si bien las casas de crédito y casas comerciales pueden suplir en alguna manera la necesidad de financiamiento, Pereira consideró que probablemente lo hacen con menor flexibilidad y facilidad.

El interés hasta setiembre de 2015, –antes de la vigencia de la ley– promediaba el 48%; el límite máximo fijado para este mes por el Banco Central es de apenas 14,1%, el nivel más bajo en los dos años de vigencia.

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