Vittorio Corbo: “Se endeudan en infraestructura, cuando hay falencias en educación”

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El experto internacional Vittorio Corbo dice que la prioridad del país debe estar centrada en el acceso a educación para sectores más pobres. Advirtió que se encendió la «luz amarilla» en deuda pública paraguaya y que obras se pueden hacer vía APP

–Este año las grandes economías de la región retornan a la senda positiva del crecimiento económico; ¿esto se da solo por la mejora en los precios de commodities o mejoró también la diversificación?

–Tu pregunta tiene que ver con la mejora de los precios de materias primas y nos vamos a subir de nuevo a ese carrusel… ¿qué va pasar cuando caigan de nuevo?; entonces, a uno le gustaría estar menos concentrado en commodities. Esto es bien bonito decirlo, pero requiere un trabajo duro para hacer esa diversificación. En países como los nuestros, pero especialmente en el caso de Paraguay, según los estudios internacionales, dice que tienen grandes falencias que dificultan la diversificación más allá de la agricultura, más allá de la soja.

–¿Cómo mejoramos esto?

–Estudios del Foro Económico Mundial dicen que Paraguay tiene un problema en la calidad de la educación. La calidad de la educación básica como la media es muy débil; incluso, en los ránkings se ubican entre los 25 más débiles en el mundo. Paraguay tiene unas tremendas carencias en infraestructura, hay tremendas carencias para respetar los derechos de propiedad, para implementar contratos; entonces, este es un ambiente que no facilita a la expansión más allá de la agricultura. Pueden tener grandes ventajas por las tierras agrícolas, pero no capacidad para diversificar, esto es bonito decirlo en palabras, pero el hacerlo requiere trabajo duro. No se baja por internet un proyecto para en vez de tener producción de soja, tengamos producción de productos mucho más sofisticados para el mercado de exportación.

–Todas estas falencias que usted menciona, ¿nos explican por qué Paraguay a pesar de venir creciendo a un ritmo más o menos de 4,5% del PIB no ha visto mejoras en la calidad de vida de su gente, con mejores servicios sociales y nivel de ingresos?

–Mejorar la distribución de ingresos es como plantar un árbol que hay que verlo crecer de a poco, no se puede alterar la distribución de ingresos de forma sostenible de un día para otro. Los que han tratado de hacerlo lo lograron solo hasta la próxima crisis y nada más. Para mejorar la distribución de ingresos hay que trabajar duro, dar a los más pobres mejores oportunidades, pero eso no lo hace un gobierno de cuatro años, lo hace el país con un proyecto de largo plazo. Viendo cómo mejorar la educación especialmente; esto lo hizo Corea del Sur, que pasó de ser un país miserable a un país industrializado.

–¿Mejoraremos aumentando la presión tributaria, que por cierto Paraguay tiene la más baja en la región, o buscando gastar mejor los ingresos que ya tenemos?

–En muchos países, más de lo segundo. El gasto hoy día de Brasil es el 40% del producto, teniendo un nivel de país desarrollado, pero se gasta muy mal. En este país el problema no es aumentar el gasto, sino mejorar la eficiencia del gasto; si pensamos en Paraguay puede haber una mezcla de ambas cosas. Claramente hay un problema grande en todos los países que he observado en la calidad del gasto. Hay que focalizar en programas eficientes para mejorar las oportunidades de los más pobres, esto requiere gastar, según los estudios internacionales, en educación temprana desde los seis meses hasta los cuatro años. Deben preocuparse mucho más en medir los resultados de la educación, preocupándose de los estudiantes, usando un comparador. En los comparadores a Paraguay no le ha ido muy bien; entonces, no es un problema de gastar plata en sueldos para maestros, es un problema de gastar plata en mejorar la capacidad de aprendizaje cognitivo de los niños, especialmente en ese 50% más pobre. En países con ingresos tan bajos como en Paraguay, no hay duda de que hay que poner un énfasis muy grande en eficiencia porque subir impuestos no es gratis. Subir impuestos también afecta la rentabilidad de las inversiones y tiene un impacto en la inversión.

–En nuestro país se viene hablando bastante sobre la deuda pública; si bien tenemos uno de los niveles más bajos de la región, hace 5 años el nivel era del 13% y hoy está en 24% del PIB. Hay voces que alertan que este ritmo de crecimiento es muy rápido. Nos estamos endeudando con el argumento de hacer infraestructura, pero a la vez estamos cerrando hace 4 años consecutivos con déficit, ¿justifica este modelo?

–Se están endeudando para hacer infraestructura, cuando hay una tremenda falencia en educación; para mí, tiene más prioridad educación que infraestructura, porque esto último se puede financiar con asociaciones público-privadas. En Chile lo hizo esto un presidente socialista, en la época de Ricardo Lagos. Hoy día todos los aeropuertos en Chile son privados y tienen mucha mejor calidad aunque están en el sector privado. De esta manera, al sector público le han quedado recursos para subsidiar al agua potable para los barrios más pobres, hacer caminos rurales, que nadie los va a hacer porque no es rentable para el sector privado, pero son tremendamente rentables para mejorar las oportunidades de los más humildes. En Chile las carreteras que van de norte a sur están todas en el sector privado y es la clase media-alta que paga su uso a través de peajes. Es lo más regresivo financiar (obras de infraestructura) con deuda externa o hacerlo con el impuesto porque, al final, son los más pobres los que también se hacen cargo de pagar esa deuda externa y no usan nada la infraestructura.

–A nosotros nos preocupa que de las emisiones de bonos que estamos haciendo en los últimos dos años, el 50% es para repago de deuda y entre 40 a 47% queda para infraestructura; nos preguntamos ¿hasta cuándo es sostenible?

–Todos los países hacen ejercicios (de pasivos) y esto es de acuerdo a la solvencia del sector público. A los países también se los observa sobre cómo se están financiando en su servicio de deuda, si se está financiando principalmente con endeudamiento, empieza a darse un problema, una bola de nieve. Entonces miramos la sostenibilidad. Lo que preocupa de Paraguay, según lo que leo a nivel internacional, es que su deuda ha ido subiendo muy fuerte en los últimos años y en esto no está solo, también le ha pasado a Chile. En los último años Chile ha sido muy agresivo en aumentar el gasto público, dentro de la regla fiscal, pero nos tocaron años de malos precios de cobre entonces tuvimos mucha deuda efectiva. Es como esa persona que va subiendo de peso, si sube dos kilos al mes, los primeros dos meses no es problema, pero en cinco meses ya llevará diez kilos. Así estamos hoy en Chile y Paraguay, el problema es si seguimos a esta velocidad.

–Pero nos han dicho que organismos internacionales dicen que, para países como los nuestros, niveles de deuda son sostenibles todavía entre 30 y 40% del PIB.

–Es como dicen algunos, ¿es sostenible tomarse dos copas de vino?, pero después va a querer tomarse tres o cuatro; entonces, ¿voy a parar cuando llegue a ocho?, para cuando llegue a ocho ya voy ser un alcohólico. Ese es el problema, nos vamos acostumbrar a la deuda. Los estudios te dicen que en países avanzados la deuda es en torno al 60% y en países emergentes hemos revisado de 20% a 30% del PIB; más allá de esto ya hay luces amarillas. En Chile y Paraguay estamos bajo la luz amarilla.

–Tenemos una de las economías que se muestran más dinámicas en los últimos años, pero aún así no mejora nuestro nivel de desigualdad. ¿En qué fallamos?

–Le puedo decir recomendaciones en países similares, incluyendo Chile, que nos gustaría tener un crecimiento más inclusivo y eso no se baja por internet, tampoco se hace repartiendo subsidios hasta la próxima crisis. Hay que hacer un trabajo duro para que los más pobres, principalmente sus hijos, tengan mayor acceso a oportunidades. Vuelvo a hablar lo del principio de la calidad de la educación, dar acceso a capacitación para que tengan más probabilidades de conseguir un empleo y mantener ese empleo. Son oportunidades para salir a pescar, antes que darles pescado, pero esto requiere una política pública enfocada en preocuparse de la inclusión. La solución no es mágica.

–¿Cómo ve a nuestros vecinos Brasil y Argentina?

–Se ve con mucha fuerza que el Brasil se ha estado ordenando y, por primera vez, tiene una inflación por debajo de la meta en muchos años, lo cual le ha permitido bajar tasas de interés al mismo tiempo que se recupera su economía. Hay mejores precios por sus bonos, pero al mismo tiempo Brasil se está beneficiando de que ha hecho la tarea sucia en los últimos dos años de intentar estabilizar la economía y ahora está cosechando los frutos. Las alzas de tasas de interés le permitieron bajar la inflación y ahora están volviendo a bajar las tasas de interés.

–¿Y la recuperación de la Argentina?

–Argentina después de tener precios muy distorsionados y entregar subsidios que creaban un problema importante, fiscal y monetario, los ha ido eliminando, sinceró el tipo de cambio; lo pasó mal el año pasado, pero ahora empezó a crecer. Esto ayuda y no es solamente por el contexto internacional, sino porque también hay mejores políticas internas. La construcción se está expandiendo no porque están mejorando los precios de los commodities, sino porque la gente ve un gobierno que ha ido sincerando precios; entonces, esto los ha ido ayudando sin ninguna duda. La mejor noticia para la región ha sido el vertiginoso desarrollo de China, si mañana detrás de esto viene India vamos a tener una necesidad de satisfacer a estos mercados que van a generar una demanda brutal de productos agroindustriales.

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