¿ Te estás hidratando correctamente?

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Algo fundamental para una buena salud es la adecuada ingesta de agua, para compensar su constante pérdida. Esto debe hacerse sea la época del año que sea, pero adquiere una especial importancia cuando la temperatura aumenta.

 

El agua representa más de la mitad del peso corporal y se pierde al orinar, transpirar e incluso al respirar. Esta pérdida se produce siempre, aunque es mayor con elevadas temperaturas e índices de humedad.

La realización de actividades físicas también causa un incremento en la pérdida de agua y lo mismo ocurre si se tiene fiebre. Los vómitos y la diarrea también pueden provocar una pérdida acelerada de agua.

En todos los casos, si el agua no se restituye, se puede llegar a la deshidratación.

Los síntomas de la deshidratación
Hay varias señales, algunas de ellas son:

Poca orina (en casos graves, nada).
La orina se vuelve más oscura de lo normal.
Boca seca.
Somnolencia, fatiga.
Sed extrema.
Dolor de cabeza.
Confusión.
Mareos, sensación de aturdimiento.
No hay lágrimas al llorar.
La ingesta de agua regular evita llegar a estos síntomas.

Si bien todos podemos padecer la deshidratación, los niños pequeños pueden no saber que están sintiendo sed, por eso están en especial riesgo.

Los adultos mayores también están en la misma situación. A medida que se suman años de vida, es probable que el cerebro no pueda detectar la deshidratación y no envíe señales de sed, por lo que ellos no toman agua, en detrimento de la salud.

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