Frustración y problemas económicos y sicológicos aumentan la violencia

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En la casa, escuela o calle, la violencia está presente. Especialistas señalan que las instituciones del Estado no actúan para hacer frente a este fenómeno social que se manifiesta de distintas maneras.

 

Los casos de violencia acaparan los titulares de los diarios. Altas cifras de feminicidios, de bullying, abusos sexuales; peleas entre barras bravas, entre grupos criminales y la resolución de conflictos mediante golpes en la calle, en el hogar, etc., son constantes y esta situación parece que irá empeorando.

Pero ¿cuáles son las causas de este fenómeno social? La socióloga Diana García sostiene que en la sociedad paraguaya está instalada una forma de relacionarse con los demás desde la agresividad.
La frustración por problemas económicos, una mayor necesidad de consumo y ausencia de los padres son las principales causas de la violencia directa en la escuela, en la familia y en la calle.

Sin embargo –señala– a nivel estructural, la violencia que ejerce el crimen organizado naturaliza el hecho de que «el más fuerte es el que se impone», lo que evidencia el fracaso de las instituciones del Estado que de alguna manera deberían mantener las reglas. Hay una sensación de impunidad.

Esto –explica García– convierte la calle en espacios de «ajustes de cuentas» similar al Lejano Oeste, porque el sistema de Justicia está vulnerado. Para el sicólogo Mario Torres, el nivel de violencia que se registra debería hacernos reflexionar como sociedad que estamos fallando en la educación de los niños, pues existe una falencia en la incorporación de pautas morales, religiosas, sociales y educativas que se da durante el proceso de socialización entre la primera y la segunda infancia.

La violencia es ejercida por aquel que no aprendió que están mal ciertas conductas y a quien la trasgresión a una norma no afecta su conciencia moral, no siente remordimiento. Muchos jóvenes de hoy no saben cómo manejar sus emociones o rabietas, alerta.

El niño que presenta conductas violentas en la escuela es porque probablemente sus padres también son violentos.

Flagelo. Los índices de abuso sexual a menores de edad y los feminicidios se han disparado. La Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia cerró el año pasado con 2.080 casos de abuso infantil y este año de vuelta las cifras son alarmantes. El doctor siquiatra José Antonio Arias comenta que ya hace años le llamó la atención la cantidad de violaciones que aún sigue en aumento porque seguimos siendo un «país primitivo».

Sostiene que este tipo de conductas siempre existieron y existirán hasta que la sociedad se ponga de acuerdo con que no se debe aceptar ningún tipo de violencia.

Para el siquiatra forense José Vera, la violencia cambió de lugar, de la violencia política en la época de la dictadura a la violencia a la que está sumida hoy la sociedad, la que está presente en las calles, en la casa, en las escuelas.

En cuanto al feminicidio, que este año se cobró 28 víctimas, el concepto encierra gravedad al ser un crimen de odio a una mujer por ser mujer. En este punto, Arias señala que el hecho de encasillar un caso de asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer muchas veces, hace que se omita el aspecto sicológico del victimario, que tiene en la mayoría de los casos un trastorno mental gravísimo. «Se termina perdiendo de vista el fenómeno como un problema más global como es el asesinato», sentenció Arias.

El informe de agosto del Observatorio Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana indica que repuntaron los casos de muertes violentas. El índice de violencia creció en el país y llegó a un promedio de 9,8 asesinatos por cada 100.000 habitantes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) califica de epidemia cuando la tasa de homicidios alcanza 10 casos por cada 100.000 habitantes.

 

 

Hay patrones sociológicos que dan noción de que la mujer sufre violencia por ser mujer.
Diana García, socióloga.

No veo casos de que se le mató a la mujer por ser mujer, sino porque la persona tiene un trastorno.
José Vera, siquiatra forense.

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