La Nueva Olla está más caliente que nunca. Extrema temperatura en Cerro Porteño, con ambiente caliente para el entrenador colombiano Leonel Álvarez y frío para el mundialista Nelson Haedo Valdez, citado para entrenar con el grupo de futbolistas marginados. La dirigencia, encabezada por Juan José Zapag, le propuso al “León” Guaraní la rescisión del contrato, pero este dijo no.
La comisión directiva cerrista sentó una clara postura en cuanto a las incorporaciones, que se hacen de acuerdo al criterio institucional y principalmente a las posibilidades económicas.
Para los hinchas, Leonel comenzó el 2018 con el pie izquierdo, al anunciar que el mundialista e ídolo Nelson Haedo Valdez no figuraba en sus planes. Todo parecía que el estratega iba a dar marcha atrás, principalmente luego de las palabras de Zapag, que indicaban que se le presentaba un problema con un ídolo de Cerro y del fútbol paraguayo, hasta que llegado el momento, el atacante de 34 años, que tuvo un rendimiento inferior al esperado, fue enviado directo al “freezer”, a entrenar con el grupo de los marginados, compuesto entre otros por Silvio Torales, Juan Franco e Iván Cañete.
Álvarez, a quien no le tembló el pulso para adoptar una medida “antipopular”, debió ser flexible en otras cosas. Solicitó en carácter de prioridad la contratación de un volante armador. Su preferido era Macnelly Torres Berrío (33) y en caso que no prosperasen las tratativas, eligió como opción al uruguayo Juan Manuel Salgueiro (34). Al final ninguno llegó y el fichado terminó siendo el también “charrúa” Hernán Novick (29), quien no podrá realizar en forma normal la pretemporada, al encontrarse en fase de recuperación de una lesión.
El cuerpo técnico solicitó además la continuidad en el plantel del mediocampista Marcos Riveros (29) y no solo tuvo la negativa –el jugador fichó por el Sportivo Luqueño–, sino que debió conformarse con el candidato de la dirigencia, Marcelo José Palau (32), quien activa con el grupo desde ayer.
En la noche del martes corrieron rumores sobre la posible renuncia de Álvarez, pero todo indica que va a continuar, siempre y cuando los resultados iniciales sean positivos, porque ante el primer traspié, la afición podría ejercer la presión para la vuelta de Haedo, quien se encuentra en una situación muy incómoda, impensada para un deportista de una trayectoria internacional impecable.
Para el popular club de barrio Obrero, la salida del delantero hasta podría ser ventajosa, porque se desprendería de un jugador que no es del agrado del orientador y que percibe un elevado salario, unos 35.000 dólares mensuales (cerca de 193 millones de guaraníes).
Esta historia pondrá a prueba la capacidad de resistencia tanto de Álvarez como de Haedo, quien primero tuvo el firme respaldo de las autoridades para su continuidad, pero el panorama cambió totalmente cuando la propia comisión le planteó una “salida consensuada”, a la que el atleta se negó rotundamente, porque su contrato se prolonga por todo el 2018 y desea cumplirlo, porque se siente en deuda con la hinchada y porque confía en su capacidad para brindar lo que el pueblo azulgrana espera de él.
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