Pobreza extrema: Malviven en chozas, sin camas ni agua potable en San Jose de los Arroyos – Caaguazú

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Doña Tomasa en ocasiones también cuida de sus tres nietos, además de cuatro nietos. | Foto: José Molinas.

Una madre de 51 años debe carpir 200 metros para ganar G. 20.000 y así dar de comer a sus cuatro hijos. La pobreza afecta a unos 2 millones de paraguayos. El aporte de Tekoporã es pequeño, pero sirve, afirman.

El último fuerte temporal, hace cinco meses, derribó parte de la vivienda hecha de adobe y techo de paja en la que reside doña Tomasa Saavedra (51) con sus cuatro hijos pequeños en la compañía Potrerito, distrito de San José de los Arroyos, Caaguazú. Una refacción para la madre soltera representa un alto costo. Para paliar la situación colocó unos puntales hasta tanto pueda seguir juntando un poco más de dinero y concretar la edificación de una casa de tabla que sea más segura.

«Cuando llueve muy fuerte nos refugiamos en la cocina, que es más segura (hecha de tabla y techo de zinc). En días normales dormimos un poco apretados (en dos camas en donde las viejas prendas de vestir hacen de colchón)», describe la mujer cuya mirada es cálida y el espíritu jovial, mientras observa la abertura en el techo que dejó la tormenta. Además de sus hijos, con ella vive una tía con discapacidad auditiva.Doña Tomasa aún no cuenta con agua potable por red. Su fuente de abastecimiento es un precario pozo cubierto con tablas viejas. «Para desinfectar el agua que vamos a tomar agrego dentro del pozo un poco de lavandina», aseguró.

La mujer se dedica a realizar carpidas en chacras ajenas para mantener a sus pequeños. La ganancia que percibe es de G. 20.000 por cada 200 metros de plantación de caña dulce, uno de los principales cultivos en la zona. Logró acceder al programa Tekoporã, ayuda social mediante la cual todos sus hijos van a la escuela; sin embargo, las necesidades con las que cuenta en su hogar son múltiples para salir de la pobreza. «Trabajo en la chacra con mis dos niños más grandes. Ahora ya me cansa el sol tan caliente pero qué voy a hacer si no tengo marido que me ayude», contó.

CONDICIÓN. Al igual que la mujer, en Caaguazú esta es la realidad de otros 64.100 habitantes más. Dicho departamento junto con San Pedro son las zonas en donde se registran las mayores cifras de personas que viven en extrema pobreza, de acuerdo con el último informe emitido por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (Dgeec) del año 2016.

A nivel general, 1.949.272 es la población paraguaya que vive en la pobreza, de la cual 387.242 están dentro de la pobreza extrema, según la Dgeec.

PROGRAMA. Actualmente son cerca de 152.000 familias las que acceden al programa social Tekoporã, de la Secretaría de Acción Social (SAS). Este año la meta es llegar a 160.000 hogares, según el director general de Protección y Promoción Social, Ricardo Yorg.

«La transferencia monetaria no es una solución para la salida de la pobreza, porque es muy poco. Tampoco es para dejar de trabajar. Es un incentivo para que los hijos vayan a la escuela, estén vacunados y las madres hagan sus controles médicos. Estos son los requisitos para que puedan seguir cobrando y se hace un control a través de cerca de 800 guías familiares con que contamos», indicó.

Comentó además que el monto mínimo a percibir es desde G. 90.000 por bono familiar y G. 40.000 por cada hijo. En el caso de que exista un integrante que tenga discapacidad severa se les otorgan otros G. 150.000. El cobro se realiza cada dos meses.

Culminada la aplicación del mecanismo de selección, el programa prioriza a familias que cuenten entre sus integrantes con niños de 0 a 14 años o jóvenes de 15 a 18 años, mujeres embarazadas, personas con discapacidad.

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