Los dientes, una herramienta vital para todo el cuerpo

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Por DPA

Si bien a veces nos cuesta ir al dentista, tenemos que tener en claro que tener una boca sana impacta en todo el cuerpo. ¿Por qué? Porque si tenemos una infección bucal, el malestar puede trasladarse a otros órganos.

«Está científicamente comprobado que existe una relación entre la parodontitis y algunas enfermedades como la diabetes o los problemas cardiovasculares», comenta el profesor Dietmar Oesterreich.

El hecho es que la circulación influye mucho en cómo se trasladan las bacterias de la flora bucal al sistema sanguíneo general, y de ese modo pueden ingresar a órganos muy leganos y dañar, en el peor de los casos, el corazón o los pulmones

Actualmente los especialistas sostienen que una parodontitis mal tratada aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares como la artioesclerosis o el infarto, e incluso pueden incrementar la tendencia a los accidentes cerebrovasculares o el desarrollo de una diabetes.

El mejor modo de evitar una infección bucal es mantener una higiene constante. Lo decisivo es la técnica de la limpieza de los dientes y el uso de cepillos que alcancen el espacio entre diente y diente.

A veces también puede ser una ayuda utilizar cepillos eléctricos. La limpieza que hacen los dentistas también puede servir, por supuesto.

Si ya tuviste una infección y se expandió, es importante actuar lo antes posible. «Ni bien se den los primeros síntomas es necesario comenzar un tratamiento», dice el especialista Frank Schwarz.

«Los primeros síntomas se dan en forma de hinchazón o zonas coloradas. También pueden darse sangrados de la encía y mal aliento», explica Oesterreich. Ni bien sienta alguna de estas cosas en modo pronunciado, acuda a su dentista de confianza.

Si tenía una parodontitis que no se detectó a tiempo o si ya está tan avanzada que pierde un diente, se recomienda una terapia de implante que reemplace la raíz original. Podrá hacerse un implante cuando se haya frenado la parodontitis y su estado físico general permita la intervención.

Pero atención: si cree que con eso está todo solucionado, se equivoca, porque los implantes también requieren de una higiene intensa para que se sostengan en el tiempo en la mandíbula.

«Es necesario cuidar los implantes tanto como los dientes naturales», explica Schwarz.

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