Obesidad en niños, la nueva epidemia que arriesga la vida desde la infancia

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La obesidad es una enfermedad de curso crónico y se constituye en el principal factor de riesgo epidemiológico para enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes tipo 2, cáncer y otras patologías. 3 de cada 10 niños escolares y adolescentes sufren de sobrepeso y obesidad y la prevalencia de esta última en menores de 5 años de edad se duplicó del 5,6% al 12,6% en los últimos años.

La malnutrición no solo se trata de falta de alimentos sino de excesos y esto deriva en el sobrepeso y obesidad y afecta a 3 de cada 10 niños escolares y adolescentes, según datos del Ministerio de Salud Pública.

La obesidad es una enfermedad de curso crónico y se constituye en el principal factor de riesgo epidemiológico para enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes tipo 2, cáncer y otras patologías.

La prevalencia de obesidad en niños menores de 5 años de edad, se duplicó, del 5,6 % al 12,6% en los últimos años, según los resultados de las encuestas nacionales realizadas por la Dirección General de Encuesta, Estadísticas y Censos, (DGEEC) del periodo de 2005 y del 2011/12, explica la nutrióloga Marta Sanabria, pediatra del Hospital de Clínicas y esta cifra se manifiesta en un aumento en el registro de consulta por obesidad infantil.

La profesional advierte sobre este aumento considerable y las consecuencias que esta afección puedan traer consigo; ya que la obesidad infantil se asocia a una mayor probabilidad de muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. “La obesidad en la adolescencia puede reducir la expectativa de vida en alrededor de 5-20 años”, señala Sanabria.

Según un trabajo investigativo presentado recientemente ante el Congreso de ALAPE (Congreso Latinoamericano de Pediatría) por especialistas del Hospital de Clínicas, denominado “Caracterización de las consultas en nutrición pediátrica en un hospital de referencia”, los principales motivos de consulta fueron: obesidad infantil, alergias alimentarias, sospecha de errores innatos del metabolismo, pacientes en seguimiento nutricional por diversas patologías (prematurez, renales, cardíacos, neurológicos, entre otros).

“Anteriormente, en el 2005 los problemas estaban más relacionados a la desnutrición primaria, situación que cambió al implementarse el Programa Alimentario Nutricional Integral (PANI) en los servicios de salud del Ministerio de Salud Pública, y actualmente atendamos más pacientes con malnutrición por exceso y los casos de desnutrición son secundarios a la patología de base”, destacó la profesional.

Hábitos nutricionales

Existe un cuestionario para padres de niños con sobrepeso y obesidad sobre los hábitos de alimentación y actividad física que realizan con lo que se evalúa la situación además de la realización de una evaluación de los aspectos psicológicos y emocionales, un examen físico, peso, estatura y la solicitud de estudios laboratoriales para descartar complicaciones.

Las preguntas incluyen si bebe jugos azucarados y gaseosas, come comida chatarra (papas fritas, etc, solicita segundas porciones, come muy rápido, come con frecuencia en restaurantes de comida rápida, esconde comida, exige determinadas comidas o golosinas, no come frutas ni verduras, come frente al televisor, se queja de hambre constantemente, come solo, come cuando está aburrido, tiene horarios asignados para las comidas.

También forma parte del cuestionario consultas como si come tentempiés entre comidas, si se salta el desayuno y luego las preguntas sobre hábitos de actividad física: cuántas horas duerme por día, cuántas veces por semana realiza actividad física, camina para ir al colegio, practica deportes regularmente, cuántas horas por día ve televisión o utiliza otra pantalla como tablet o juega videojuegos.

Recomendaciones de manejo nutricional

La prevención es un factor fundamental para que el niño y adolescente no inicie un camino al sobrepeso y la obesidad y todo empieza con la lactancia materna del recién nacido, no dar jugos, preferir frutas enteras, incorporar alimentos variados y nutritivos, dar agua para saciar la sed y no gaseosas ni jugos azucarados.

Y fuera de la casa es recomendable que por ejemplo la merienda escolar incluya alimentos saludables como: sándwich de queso, yogur, frutas, maní tostado. Evitar galletitas rellenas, papas fritas, empanadas fritas, sándwich de milanesa y otros.

Y por último, siempre acompañar las actividades físicas de los hijos para crear el hábito y forme parte de su día a día, puntualizó la profesional.

Los días de atención son: lunes y martes (por la mañana), miércoles (mañana y tarde) y viernes (por la tarde). Los turnos se agendan en el área Perceptoría del consultorio de pediatría ambulatoria (UPA).

Fuente: HOY

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