Se la conoce como “muerte dulce” porque la víctima expira en sueños, sin darse cuenta. Es un peligro que aumenta cuando bajan las temperaturas y las personas encienden braseros en ambientes cerrados. Las estufas también son un foco de riesgo.
Rubén Valdez, capitán del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay, en contacto telefónico con ABC 98.5 FM, puso énfasis en tener un cuidado especial con el uso de braseros en el interior de los hogares. Indicó que lo recomendable es ubicarlos en lugares con buena ventilación ya que la combustión produce monóxido de carbono, que al ser aspirado genera un descenso del oxígeno en el cuerpo y lleva a la persona a conciliar el sueño, lo que finalmente puede ocasionar una “muerte dulce” por sofocación.
Pero el peligro no se acaba allí. “Todo elemento que produce calor representa un riesgo. Con las estufas, el problema es que nuestras casas no están preparadas para el frío, sino más bien para el calor, y estas estufas se utilizan en cualquier parte de la casa y en algunos casos hasta en los baños, generando un peligro de electrocución, ya que se suele actuar de forma inconsciente”, agregó el capitán. Acotó que ya se registraron casos de este tipo en años anteriores.
En el caso de los indigentes que “la principal recomendación es buscar refugios”. Comentó que el cuartel de bomberos, en colaboración con la Secretaría de Emergencia Nacional, habilitó la semana pasada refugios alternativos para recibir y atender a más gente.
Abrigarse con papel diario
Un método casero antifrío es la utilización de papel de diario para cubrir las zonas más sensibles, como los pies, abdomen y las axilas y así evitar exponerse a las bajas temperaturas, sobre todo para aquellos que no cuentan con abrigos.
“Hay veces que la gente quiere calentarse ingiriendo bebidas alcohólicas y esto es contraproducente, porque da energía de forma momentánea pero después hace descender la temperatura corporal y la persona corre el riesgo de exponerse a la intemperie”, agregó Valdez.
Fuente: ABC Color
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