El Sanatorio Migone reafirmó que Renato, el niño que murió durante su permanencia en el lugar, en todo momento tuvo atención médica y negó haber realizado autopsia alguna como acusó la familia.
El director del Sanatorio Migone, Enrique Gaete, y el asesor jurídico Ricardo Preda, ratificaron que Renato, quien falleció en el lugar, recibió atención médica en todo momento, y que siguieron el protocolo de reanimación cuando el caso se complicó. Además, en conferencia de prensa, negaron haber practicado autopsia alguna como acusó la familia del paciente.
Gaete explicó que el niño de 2 años ingresó al sanatorio el 20 de agosto en compañía de la madre y que fue derivado al servicio de Urgencias de Pedriatría. Tenía fiebre, tos y dificultad para respirar.
Según su versión, la madre explicó que hacía cinco días que tenía fiebre y de hecho llegó al centro de atención con 39 grados.
La familia del niño denunció una negligencia médica por lo que la Fiscalía también investiga el caso. Alegaron que había una falta de insumos y que la atención médica fue lenta.
Desde el Migone aseguraron que durante todo el tiempo que permaneció en el lugar, el médico tratante, Antonio Arbo, estuvo al tanto de lo que le sucedía. El día que ocurrió el deceso, el niño estuvo con vómitos y estaba siendo tratado.
Sin embargo, siendo las 12.27 de la misma fecha en que se internó, la madre comunica a la médica de guardia que se encontraba pálido. Empieza a ser nuevamente atendido y alrededor de las 12.35 se activa el código rojo, siempre según Gaete.
Cuando se activa esa alarma, intervienen médicos de terapia infantil y adulta, así como también cardiólogos de la Unidad Coronaria para reanimar al paciente. El abogado Preda indicó que Renato primero convulsionó, luego tuvo un paro.
En ese sentido, el representante del sanatorio reafirmó que el Migone siguió el protocolo de reanimación para salvar al paciente. Aseguró que el carro de paro cuenta con todos los insumos para tratar este tipo de casos, que incluso de lo contrario los propios responsables de esos elementos deben responder ante alguna falencia.
Gaete sostuvo que es difícil prever una convulsión debido a que hasta el momento que Renato tuvo ese episodio no había ningún síntoma o alarma que haga sospechar que se presentaría dicha reacción.
La Fiscalía había ordenado una autopsia apenas tuvo conocimiento del caso, pero la misma no se pudo realizar porque el procedimiento ya se había hecho antes.
Al respecto hay confusiones de cómo se realizó el procedimiento. Mientras los familiares acusan al sanatorio de hacerle firmar un documento para que se realice la autopsia, pensando que se trataba de una intervención con un forense de la Fiscalía; el centro de asistencia médica, a través de su abogado Preda alega que en realidad se realizó por un profesional externo que encargó la propia familia por recomendación del médico del niño, Antonio Arbo.
Igualmente, el Ministerio de Salud Pública intervino el sanatorio a través de la Superintendencia de Salud, pero todavía no se conocerán los resultados.
Fuente: Ultima Hora
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