Comida paraguaya, en el NYT

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El periódico The New York Times reseñó la comida de un restaurante cuyos dueños son una paraguaya y su esposo, un venezolano. Entre las comidas que más llamaron la atención del medio están la empanada, la chipa y el sándwich de lomito.
Obtener una reseña de un restaurante en el New York Times, uno de los periódicos más importante de los Estados Unidos, es la certificación de que el sitio marcó presencia en Nueva York. Eso fue lo que hizo la periodista Ligaya Mishan, quien escribe una columna llamanda “Hungry City” (ciudad hambrienta, en inglés), cuando visitó un negocio llamado “Karu Café” (sí, karu del guaraní “comer”).

El artículo se publicó ayer, jueves, y se titula: “Paraguay y Venezuela, juntos en la mesa, en el Karu Café de Queens”. El material periodístico engancha la reseña con el alejamiento diplomático entre nuestro país y el país presidido por Nicolás Maduro, que en el último año tuvieron varios choques, especialmente por la salida de Venezuela del Mercosur.

Zuny Llano, una asuncena, y su esposo, un caraqueño llamado Augusto Acevedo, abrieron el restaurante el pasado mes de octubre en Queens, uno de los cuatro barrios ‘boroughs’ más importantes de la ciudad de Nueva York.

Vea aquí: Galería de fotos del NYT.

La crítica del periódico se decantó por la chipa, a la que se refirió de esta manera: “La chipa sabe como un gougère (pancito de queso) después de un colapso gravitacional, pero pequeños estallidos de anís refrescan la boca y le dan un curioso efecto leudante”.

Dentro de la reseña también se resalta que la compatriota Llano acudió a su hermano, Abel Amarilla, para cocinar los platos típicos de Paraguay. “La chipa guazu (es) aterciopelada con granos de maíz, entre puré y granos enteros, listo para rendirse como un soufflé. El mbeju, un plano redondo de harina de mandioca y harina de maíz infiltrada por el queso, que se sella rápidamente en una sartén sin un toque de aceite. Su superficie está llena de surcos crujientes dando paso a la fusión”, escribió Mishan.

En otro momento, se destaca también las empanadas, a las que la crítica llama “territorio del señor Amarilla”.

“Las empanadas, territorio del señor Amarilla, emergen con costras muy frágiles y no dejan huellas de aceite en los dedos. Para el interior, las semillas de maíz enteras, todavía dulces, se mezclan adentro con mozzarella y béchamel (salsa blanca). El pollo y la carne de res se cocinan sin prisa en un estofado con comino, en pedazos grandes, para que conserven su suculencia y textura”, describe la crítica del Times.

La señora Mishan cierra la nota reivindicando una de las minutas más tradicionales del país, el sándwich de lomito, que es un “filet mignon delgado y asado a la parrilla con nada más que sal, con una arquitectura de jamón, lechuga, tomate, mozarela en su camino a supurar y el obligado huevo, ligeramente frito y con la yema goteando”.

“‘Esta es nuestra hamburguesa’, dice la señora Llano, y me pregunto… ¿por qué no la de todos?”, concluye la periodista el reportaje.

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