El riego suele ser el principal inconveniente de quienes dicen no tener tiempo para armar una huerta. Sin embargo, la solución es sencilla. Existen varios mecanismos de autorriego que no requieren atención todos los días, y solo basta con recargar el recipiente cuando esté vacío.
Una primera opción es usar las botellas de plástico de 1,5 o de 2 litros invirtiéndolas, de cabeza. Se llenan de agua, se perforan las tapas con un agujero del tamaño del dedo meñique, y se da vuelta, dentro de la plantera, asegurándose que el agujero quede enterrado en la tierra. Es una forma de riego por goteo y mantiene la tierra de la maceta húmeda por varios días. Otro mecanismo es a través de unos cordones de tela, como los del calzado deportivo. Un extremo se introduce en un recipiente con mucha agua, y el otro extremo va enterrado en la maceta. El cordón transporta el agua hasta la maceta. Haga la prueba.