Una familia de la compañía Capitán Cue, a unos 10 kilómetros del casco urbano de Caaguazú, sobrevive en precarias condiciones. Se trata de María Mora (39) y sus hijas gemelas de 21 años, quienes sufren problemas psiquiátricos de nacimiento y requieren un cuidado especial.
En la vivienda de María Mora, también viven Vidalina Mora (54) y su marido Lucio Caballero Bordón (62), su hermana y cuñado, respectivamente.
La mujer relató que su cuñado hace 10 años sufrió un derrame cerebral que lo dejó prácticamente inconsciente y su hermana está a su cuidado.
Expresó que sus hijas gemelas Mariela y Marisol Caballero Mora no tienen el control de sí mismas, por lo que diariamente utilizan pañales y beben leche, lo que representa un alto costo para los padres.
En la casa, el único sostén es el marido de María Mora, Bernardo Caballero, quien es un jornalero y trabaja en las chacras de los vecinos de la zona donde gana un poco de dinero para poder mantener a la familia.
“Ellas son discapacitadas de nacimiento y nosotros no tenemos solución porque somos pobres. Mi marido solo trabaja en las chacras, a veces trabaja y otras no porque esa labor no es constante. Necesitamos la ayuda de la gente porque ellos usan muchos pañales y leche”, dijo la mujer.
Señaló que apelan a la buena voluntad de algún profesional médico para poder atender a sus hijas. Dijo que varias veces fueron juntas a las autoridades locales para pedir ayuda, pero nunca tuvieron una solución. “Pedimos que alguien nos ayude con la atención médica porque ellas no están bien. Fuimos muchas veces juntas a las autoridades y nunca tuvimos un resultado, nos dicen que no pueden ayudarnos”, expresó.
Por su lado, Vidalina Mora, esposa del ahora parapléjico, dijo que viven todos juntos y diariamente hacen el esfuerzo para sobrevivir. El hombre tiene 64 años y solicita la pensión de la tercera edad.
Tanto María como Vidalina Mora expresaron que anteriormente cobraban un poco de dinero a través del programa Tekoporã, pero hace unos dos meses le quitaron la asistencia.
La familia apela a la solidaridad de la ciudadanía para poder cubrir algunas de sus necesidades y poder pasar una Semana Santa diferente. María Mora añadió que los vecinos le ayudan en lo que pueden y está muy agradecida con ese gesto.