El día anterior, la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, había avisado ya de que, si continuaba el bloqueo en el Consejo de Seguridad, su país podría optar por una acción unilateral.
Esa advertencia se tradujo finalmente en el lanzamiento de 59 misiles de crucero contra la base aérea de Shayrat, desde la que EE.UU. cree que se llevó a cabo el ataque químico que el martes acabó con la vida de unas 80 personas en la localidad de Jan Shijún.
Por el momento, los aliados de EE.UU. han respaldado la decisión del presidente Donald Trump, mientras que Rusia la ha considerado una «agresión» y ha advertido de las consecuencias.
«El presidente (Vladímir) Putin considera que los ataques estadounidenses en Siria son una agresión contra un Estado soberano y una violación del derecho internacional, por si fuera poco, con un pretexto inventado», dijo hoy a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Moscú, además, ha suspendido la coordinación militar que tenía con Estados Unidos en Siria en respuesta al ataque.