El cáncer de próstata es bastante engañoso, porque los afectados al principio no notan que están enfermos. Sin embargo, detectarlo en un estadio temprano es crucial, para aumentar drásticamente la posibilidad de sanar. ¿Qué recomienda los médicos?
Tal como decíamos, muchos sólo acuden al médico cuando se dan cuenta que les disminuye el flujo de orina o cuando la orina se vuelve rojiza. En realidad, ambos síntomas pueden tener que ver con la evolución natural de la próstata a edad avanzada. Pero no hay que descuidarse. La razón también puede estar en un cáncer, que es el más común en hombres.
Los médicos aún no saben por qué surge o qué fomenta el surgimiento de esta enfermedad. Lo que sí existen son indicios de que es más probable que alguien la padezca si su padre o tío la tuvieron. Los especialistas recomiendan que todos los hombres se hagan chequeos regulares una vez cumplidos los 45 años. El chequeo es sencillo: el médico palpa el órgano y lo revisa con una ecografía.
Cada vez más médicos ofrecen hacer el análisis del antígeno prostático específico, conocido como PSA, que apunta a detectar carcinomas que, aún estando en el estadio más temprano, que es tratable, no son nada fáciles de detectar.
El análisis PSA es un muy buen complemento. Consiste en un análisis de sangre, que apunta a observar si hay componentes de una proteína particular. «Si los valores del PSA en sangre son elevados, puede haber un indicio de cáncer de próstata», explica Usrula Sellerberg.
De todos modos, es bueno saber que los niveles de PSA también pueden cambiar por cuestiones muy cotidianas como montar bicicleta o tener una eyaculación poco antes de realizarse el test, porque eso hace que aumente levemente la presión en la próstata. Es decir, el sólo hecho de tener valores elevados no debe generar pánico.
Por otra parte, Sellerberg explica que se han realizado estudios que demuestran que el análisis del PSA también puede llegar a no detectar algún tumor.
En resumen: hay documentación que demuestra que hacerse ese estudio reduce significativamente la probabilidad de morir por un cáncer de próstata, sobre todo en hombres de entre 55 y 69 años. Pero, por otro lado, el análisis no ofrece una garantía infalible.
Como es controvertido, no todas las coberturas médicas asumen los costos.
Si los niveles son elevados, suele hacerse un segundo test. Si vuelven a registrarse valores altos, se extrae tejido de la próstata para verificar un posible diagnóstico.
Si esa evaluación llega a resultar positiva, el paciente debe someterse a más estudios para evaluar el tamaño del tumor y determinar si ya se han formado metástasis o no.
Es decir, cuanto mayor sea la regularidad con la que los hombres se hacen este tipo de revisaciones, mayor será la tranquilidad con la que puedan vivir. Lo principal es no dejarse estar.