Salud y su impacto en la economía: avances lentos e insuficientes y desafíos de calidad de gestión

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La etapa de crecimiento y desarrollo en la vida, desde el nacimiento hasta la finalización de la etapa educativa es fundamental para la formación del capital humano. Por esto último nos referimos al conjunto de cualidades que contribuyen a lograr mayores ingresos laborales como el conocimiento, el estado de salud, la capacidad y valores o actitudes. La semana pasada se abordaron los aspectos relacionados a la educación como insumo fundamental para aumentar la cantidad y calidad de producción. En esta entrega nos enfocamos en la salud, que es prácticamente la base sobre la cual se construye el conocimiento y un requerimiento para realizar todo tipo de tareas de trabajo. Además, los vínculos entre el ingreso de las familias y el estado de salud son muy estrechos y por lo tanto relevantes.

En términos más generales, ¿cuál es la relación entre salud y crecimiento económico? La literatura económica y de salud pública encuentra que la dirección de influencia entre ambas variables pareciera que son en doble sentido. Esto implica que a medida que una economía se desarrolla, la población alcanza mayores niveles de salud. Pero esta influencia también marcha en la dirección contraria, el estado de salud de la población es un insumo para la producción por lo que mejores niveles contribuyen a aumentar el producto. Este se puede caracterizar como un círculo virtuoso entre la salud y el desarrollo económico.

Este desarrollo económico trae mejoras en agua y saneamiento, nutrición y mejores servicios de salud, que aportan a alcanzar destacados estados sanitarios.

En la dirección contraria, el fortalecimiento de la salud tiene profundas implicancias para el desarrollo económico. Bloom (2008) señala cuatro aspectos en que la salud influye a la economía: rendimientos laborales, aprendizaje en los niños, el ahorro, y la estructura de la población.

La buena salud contribuye a disminuir el ausentismo laboral y aporta al enfoque en el trabajo, aumentando los rendimientos o productividad laboral. Segundo, la importancia de la salud en la niñez es fundamental para instalar las capacidades para desarrollar su potencial.

La nutrición infantil desde la concepción influye en el desarrollo cognitivo del niño. Esto implica que la mala alimentación en la etapa de desarrollo limita el potencial de capacidad. Una vez que el niño llega a la edad escolar, el buen estado de salud contribuye a alcanzar niveles de rendimiento académico mayores. En fin, la salud del niño es fundamental para que pueda aprender más, mejor, y mitigar la inasistencia escolar. Una fuerza laboral basada no solamente en la física, sino en el conjunto de capacidades y habilidades (conocimiento) desarrolladas es clave para generar y mantener el crecimiento económico.

El impacto positivo de la salud en el ahorro está relacionado a la expectativa de vida. Se encuentra evidencia que la mayor expectativa de vida se encuentra relacionada a mayor ahorro vinculado principalmente a la jubilación. Esto tiene una implicancia importante para la formalización de la fuerza laboral.

Otro aspecto que contribuye a mayores niveles de ahorro es que al aumentar la expectativa de vida del trabajador, algunos trabajan más años. Los mayores niveles de ahorro pueden ser utilizados para inversiones que contribuyen al desarrollo. Los vínculos de la estructura de la población con el crecimiento económico no son tan directos. Si bien el crecimiento poblacional que se da por menores tasas de mortalidad es un aporte a la fuerza laboral, a medida que los nacimientos disminuyen, la población adulta que va entrando en edad de jubilación ejerce presiones sobre los recursos económicos.

La estructura de edades de la población local actual se caracteriza por un porcentaje significativo de jóvenes, pero también por la cantidad de adultos y sobre todo de adultos mayores, que irán creciendo bastante en la próxima década.

Sistema de salud en Paraguay

El sistema de salud en Paraguay está compuesto por los siguientes servicios principales, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSP y BS) y el Instituto de Previsión Social (IPS). Otros hospitales que componen la red de servicios de salud incluyen los nosocomios de las Fuerzas Armadas y la Policía y sanatorios privados. El MSP y BS es uno de los mayores proveedores de salud con 1.395 establecimientos, en 2015. Además, hay aproximadamente 1.000 establecimientos privados, y 135 locales del IPS. Todos estos establecimientos se distribuyen a lo largo del país. De los 1.395 que posee salud pública, 227 tiene capacidad para albergar pacientes internados.

Estos servicios de salud poseen diferentes fuentes de financiamiento; los establecimientos del MSP y BS se solventan principalmente por impuestos, que respalda el presupuesto público, mientras que el IPS se financia con aportes de empleados y empleadores. Los hospitales privados se sostienen a través de aportes de seguros privados y gastos de bolsillo para servicios fuera de cobertura.

Un aspecto importante del sistema de salud es que se caracteriza por una segmentación y falta de coordinación entre los diferentes proveedores que puede resultar en una duplicación de recursos en algunas zonas geográficas y la ausencia de servicios en otros (PAHO/OMS, 2008).

Esta duplicación de servicios se puede observar en algunas ciudades del Paraguay donde existe tanto establecimiento de IPS como del MSP y BS en distancias muy próximas una a la otra. Este tipo de duplicación se puede considerar una asignación ineficiente de recursos de la economía y un desafío para la provisión de servicios de mayor calidad.

El cuadro de población, por tipo de seguro médico, aproxima el porcentaje de gente atendida por cada clase de servicio. Los datos de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC) señalan que el 21% de la población está cubierta por IPS. El 8% de la población se encuentra cobijada por otro tipo de seguro, que incluyen las atenciones privadas y los de sanidad militar y policial. Esto implica que el 71% de la población no cuenta con seguro y está cubierta por los servicios del MSP y BS. Por lo general, la población de zonas rurales tiene menos acceso a servicios de salud y no suele disponer de seguro médico.

Indicadores de salud en Paraguay

¿Cómo está la situación de salud en Paraguay y cómo se compara con algunos países de la región?

El gasto total en salud por persona se ha incrementado bastante en Paraguay, al menos en la última década, pasando de alrededor de US$ 100 a casi US$ 500 por persona, aunque aún muy por debajo de varios países de la región y solo por encima de Bolivia.

El gasto de bolsillo destinado a salud es muy alto en Paraguay, es decir, el porcentaje de dinero que paga cada ciudadano en servicios de salud. Cuanto más alto es el gasto de bolsillo, menor es la participación pública, lo que implica una menor cobertura de los servicios del Estado. Puede notarse que en naciones con mayores niveles de desarrollo poseen menores gastos de bolsillo.

La proporción del gasto público en salud en Paraguay se ha duplicado en la última década, acompañando el incremento de la población y de la dinamización de la economía. Este dato auspicioso contrasta con los bajos niveles de calidad y cobertura de los servicios de salud. Una vez más, la calidad del gasto público se encuentra en el centro de las preocupaciones.

La tasa de mortalidad en niños menores de 5 años ha descendido bastante en Paraguay, aunque siempre por debajo de los países de la región.

Distribución de servicios de salud en el territorio

La variable geográfica juega un rol importante, tanto en el acceso como en la calidad de los servicios de salud, pues los mismos no han respondido a las dinámicas demográficas ni territoriales, por lo que se generan dos problemas principales.

Por un lado existe un exceso de demanda en zonas de mayor concentración de gente, especialmente en las dos mayores aglomeraciones urbanas: Asunción y Ciudad del Este, lo que compromete seriamente la calidad de los servicios. En estas áreas se precisarían una adaptación de la oferta de servicios de forma a contener a la demanda que no solo crece en número, sino también en tipos de servicios.

Por otro lado, en las zonas de poblamiento disperso y en aquellas regiones que expulsan población podría generar una suerte de sobreoferta de servicios, es decir la existencia de centros de atención, que ya no se adaptan al tamaño cada vez más pequeño de la población ni al funcionamiento de la misma. Las ciudades intermedias de la Región Oriental, como por ejemplo Santa Rosa del Aguaray, que ya cuenta con un hospital regional, San Estanislao, Curuguaty, San Juan Nepomuceno, J. Eulogio Estigarribia (Campo 9), San Ignacio, podrían capitalizar las nuevas centralidades urbanas y convertirse en plataformas de servicios de salud a escala micro regional. Estas ciudades, si bien no son capitales departamentales, expresan un mayor dinamismo y atracción urbana, que las capitales administrativas.

El caso del Chaco es particular. Debido a las grandes distancias, la baja cobertura de las infraestructuras viales y la escasa cantidad de ciudades, hacen que la gestión de la salud exija estrategias creativas e innovadoras para atender a una demanda diseminada en varios puntos pocos poblados. Se destaca la idea de una pequeña flota de aviones ambulancias, sobre todo para atender la demanda del litoral norte del río Paraguay, especialmente departamento de Alto Paraguay, así como zonas del extremo norte de Boquerón, entre otras.

* La proporción del gasto público en salud en Paraguay se duplicó en la última década, acompañando el incremento de la población y dinamización de la economía. Sin embargo, el dato contrasta con los bajos niveles de calidad y cobertura de los servicios. Una vez más preocupa la calidad del gasto público.

* El Ministerio de Salud posee 1.395 establecimientos, en 2015, de los cuales 227 tiene capacidad para albergar pacientes internados. Además,existen aproximadamente 1.000 locales privados y 135 del IPS. Todos estos establecimientos se distribuyen a lo largo del país.

 

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