Ellos nos entregan toda su ternura, pero cuando nos hacemos fuertes, la ingratitud tiende a hacernos olvidar todo lo que les debemos. Nuestros abuelos merecen comprensión y cariño, y que elevemos nuestra voz contra los malos tratos que sufren.
“Mamá, ya parecés una criatura. ¿Cómo puede ser que no seas capaz de aguantar las ganas de ir al baño?”. “¡Mamá, ya contaste esa historia mil veces!”.
Estas son solo un par de las frases que escuché en boca de algunos adultos de mi familia, al dirigirse a mi abuela.
A pesar de estar lúcida, ella solo callaba, pero a mí me causaba mucho dolor. Aunque era muy pequeña, sabía que esos comentarios estaban mal.
En medio de la vorágine de nuestra juventud y salud, tendemos a no dimensionar las grandes heridas emocionales que les causamos a los que ya pasaron por nuestro camino, y hoy transitan el último tramo de su vida con la experiencia y sabiduría que a nosotros nos falta.
Nuestros padres, nuestros abuelos, tíos, e incluso familiares políticos. Todos ellos, allí donde los vemos, también pasaron por etapa de vitalidad y fuerza que nosotros tenemos hoy, y así también, nosotros, alguna vez llegaremos como ellos, al ocaso de la edad.
El jueves 15 de junio se conmemoró el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. Se trata de una fecha acorde para realizar esta reflexión.
En defensa de nuestros abuelitos, de esos grandes maestros, de esas “mamamas” que inclusive a veces suplieron la carencia amorosa de nuestras propias madres, voces del mundo entero se unen para elevar su voz de protesta contra el maltrato a los adultos mayores.
En Paraguay, existen unas 743.000 personas que se encuentran en la franja etaria de la tercera edad. Se consideran adultas mayores a las personas mayores de 60 años.
La violencia, tanto verbal como física, contra las personas mayores es una cruel realidad existente en todo tipo de sociedades, tanto las más desarrolladas como las que están en vías de desarrollo. Tristemente, el maltrato contra la vejez no es denunciado con la frecuencia que se debería, y la cantidad real de casos no se refleja en la cifra de hechos notificados.
Es por eso que numerosas organizaciones sociales a nivel mundial se encuentran trabajando en brindar una respuesta multifacética que se centre en proteger y garantizar los derechos de la tercera edad.
Cuándo hablar de maltrato
El maltrato hacia los adultos mayores puede definirse como un acto único o repetitivo que causa daño o sufrimiento a la persona mayor.
Otra forma de maltrato consiste en la omisión de medidas apropiadas para evitar que la persona sufra padecimientos. Este tipo de maltrato abarca desde no denunciar un hecho de violencia contra personas mayores y no denunciar el caso, hasta no brindarle a la persona de edad las condiciones de alimentación, limpieza, vestimenta y bienestar adecuadas para proporcionarle una vida digna.
El maltrato también puede ser físico, sicológico, sexual, de abuso material, entre otros.
Si usted tiene una sospecha, por más mínima que sea, de que una persona mayor está sufriendo una situación de abandono o violencia, usted tiene la obligación de denunciar estos hechos.
Solo es cuestión de acercarse a la Comisaría más cercana, a la Fiscalía o, en todo caso, a la Dirección de Adultos Mayores, que está ubicada en las calles Luis Alberto de Herrera casi Brasil. También puede ponerse en contacto al (021) 228-918.
A nivel global, se estima que de todas las personas mayores de 60 años, entre un 6% y un 10% de la población es víctima de algún tipo de maltrato. Infortunadamente, esta triste cifra va en aumento cada día.
Esta semana, el Ministerio de Salud Pública realizó una serie de actividades bajo el lema “Los derechos no tienen edad”.
Las dinámicas se concentraron en el predio de la Dirección de adultos Mayores, y los servicios prestados consistieron en atenciones integrales exclusivas para este grupo etario.
En la ocasión, también fue inaugurado el un equipo móvil de odontología que fue donado recientemente por la Itaipú Binacional, que será destinado a atender la salud bucal de los abuelitos que asistan a la Dirección de Adultos Mayores.
“Queda prohibido no intentar comprender a las personas, pensar que sus vidas valen menos que la tuya, no saber que cada uno tiene su camino y su dicha”, dice el poema titulado “Queda prohibido”, del poeta chileno Pablo Neruda. No estaría de más que, si tiene la fortuna de tener a alguno de sus abuelos vivos, se dé una oportunidad de disfrutar del encanto y la riqueza particular que tiene esta etapa de la vida.
Al escuchar sus historias, por repetidas que parezcan, y al asimilar sus consejos, no se imagina la gran riqueza que les están heredando. No se arrepentirá.