Según el reporte completo al que accedió ÚH, se demuestra que los diputados se extralimitan en sus viajes, que en su mayoría están justificados como “misiones parlamentarias”.
Claramente lidera la sumatoria de los viajes el diputado colorado cartista Bernardo Villalba, con 19 salidas al exterior. Estuvo trece veces en Panamá desde el 2014. El legislador argumenta que es miembro del Parlatino y Panamá es una de sus sedes principales.
No obstante, las legisladoras Cynthia Tarragó y Blanca Vargas, también coloradas, viajaron numerosas veces sin ser representantes de la Cámara ante estamentos bilaterales.
Tarragó hizo 14 viajes, siendo sus destinos preferidos las principales capitales de Europa y ciudades del Caribe.
Vargas, incluso, viajó más pese a que su participación en la Cámara no es decisiva en cuanto a gestión parlamentaria. Visitó Colombia, Perú, Cuba, Brasil, Cancún y Punta Cana.
El diputado Salustiano Salinas visitó Buenos Aires en reiteradas ocasiones a lo largo de estos cuatro años.
La diputada Olga Ferreira, quien alegó que principalmente utiliza los viajes para representar a la cámara ante las Naciones Unidas, salió en ocho oportunidades.
Con siete viajes quedaron los diputados Eusebio Alvarenga y Enrique Pereira.
El diputado José María Ibáñez así como el diputado Juan Bartolomé Ramírez también viajaron en siete oportunidades en estos cuatro años, es decir, del 2014 al 2017. Ramírez lo hizo en la mayoría de las veces como presidente de la Cámara, del 2013 a 2014.
Se nota en estas salidas el interés por aprovechar los cupos que les corresponde según resolución.
Además de este privilegio de poder viajar hasta tres veces por año y más, si se cuentan aquellos viajes que se dan por invitación oficial de embajadas, se suman los jugosos viáticos que rondan de entre 2 millones y hasta 20 millones.
Extralimitación. Muchos diputados viajaron mucho más que lo establecido anualmente por resolución. En contrapartida, muchos decidieron no hacerlo.
El criterio para que la Cámara Baja establezca los viajes está dispuesto desde el año 2014, pero es letra muerta.
Incluso a la hora de exponer los resultados de los viajes por parte de los parlamentarios, estos lo hacen de manera tímida y con una nota escueta remitida al presidente de turno. La idea es que se cumpla la norma, pero que la salida pase desapercibida.
El titular de la Cámara Baja, Pedro Alliana, dispuso que si fuese necesario los diputados deberán presentar en plenaria la justificación de sus viajes.
Algunos prefieren la reserva por obvias razones, que los viajes se han prostituido y no se respeta el protocolo.
No todos los legisladores viajan o no aparecen en la lista de privilegiados. Es el caso del diputado Éber Ovelar, quien afirmó que no viajó ni una vez. Antonio Buzarquis y Perla de Vázquez no aparecen en la lista mientras que otros salieron una vez, como es el caso de Jorge Ávalos Mariño, Édgar Acosta, Cornelius Sawatzky, Aldo Vera, Fabiola Oviedo, Andrés Retamozo, José Ledesma, Carlos Núñez y Alsimio Casco.
Costosa carga. En la serie de publicaciones por parte de ÚH se ha dado a conocer que la Cámara Baja, que consta de 80 representantes, tiene un promedio de cien viajes por año.
El costo que esto representa sólo en viáticos –no incluye pasajes– es de más de 2.300 millones de guaraníes que fueron desembolsados por la Cámara entre enero de 2014 y setiembre de 2017. El promedio de lo gastado en este concepto, entre 2014 y 2016, fue de 669 millones de guaraníes al año. En lo que va de 2017 ya se gastaron G. 308.458.900.
De acuerdo con datos oficiales, el monto corresponde a 365 viajes realizados durante el citado lapso.
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