Los 31 días caóticos de diciembre traen estrés, ansiedad, duelo, desilusión por no llegar a las metas. Para evitar caer en la tentación de la depresión anual recomiendan fijar objetivos reales y razonables.
«Aunque no lo haya logrado igual es un intento y eso también es algo positivo», expresó. En ese sentido instó a que los objetivos no alcanzados puedan marcar la hoja de ruta del 2018. El error de fijar metas irrealizables es otro de los tropezones que sufren las personas, por ello pide trazar un mapa más realista.
Que la fiebre por las compras, llenar la mesa de comida durante las fiestas no nos robe el sueño en casos que la situación salarial no alcance para el despilfarro es otro consejo. «Lo importante es demostrar a la familia y a los chicos que hay muchas maneras de festejar las fiestas. No se debe uno sentir mal por eso». Y cerrar el año sin perdonarnos o perdonar a los demás no es válido.
¡CUIDADO! «A fin de año puede aparecer la depresión porque es un momento de cierre cuando todos se cansan, entonces es más fácil caer en la tristeza o blues de Navidad. Es importante compartir y acompañar».
Insiste en estar atentos a los síntomas de la depresión: tristeza profunda, aislamiento, deseo de no hacer nada, incapacidad de sentir placer, enlentecimiento sicomotor, dificultades para dormir o conciliar el sueño; molestias corporales, como malestares estomacales, no específico de alguna enfermedad, sino simplemente malestares varios, como no querer comer, bajar de peso abruptamente, estos son algunos de los síntomas o señales que deben estar presentes durante tres semanas para hablar de depresión, explicó la doctora Mirta Mendoza, directora de Salud Mental del Ministerio de Salud.
«Las señales también se presentan en las personas que han perdido o se han alejado de algún ser querido, esas son situaciones de duelo, que pueden evolucionar en depresión en algunos casos», advirtió.
La contención familiar es clave durante el duelo y cuadros depresivos. «Uno es acompañarle, no significa estar diciéndole por qué te vas a deprimir, sino estar presente y disponible para escuchar».