La dependencia y el tiempo dedicado a los teléfonos son cada vez más fuertes, sobre todo en la población joven. Esta realidad se puede reflejar en los centros educativos, donde lograr que los chicos presten suficiente atención a las clases, es un reto cada vez mayor, según profesionales. Por ello, los límites que se impongan en el hogar y unificar los criterios entre padres y autoridades educativas son indispensables, según especialista.
“Hay materias en las que se precisan de análisis, comprensión y abstracción. Para un chico que está acostumbrado a la inmediatez del celular, le cuesta mucho más. Sobre todo si tiene el diagnóstico de atención dispersa”, señaló.coyuntura. La profesional resaltó que existe una tendencia a reemplazar las actividades físicas por los juegos virtuales.
“En las evaluaciones que realizo, en una parte los alumnos deben comentar cómo se sienten. La mayoría responde: cansado y con sueño. Los jóvenes duermen cada vez menos por estar pendientes del celular. Luego aparecen los dolores de cabeza y problemas de vista”, resaltó.
La educadora señala que lo importante es que los padres sepan establecer límites necesarios y, en coordinación con las instituciones, enseñar sobre el uso efectivo que pueden darle para el ámbito académico.
“No podemos prohibir el uso definitivo del celular pero debe ser moderado y desde una cierta edad. A partir del séptimo grado podemos empezar a realizar trabajos de investigación en las aulas pero el docente debe estar comprometido para que se respeten las reglas”, concluyó.