MUNDO | Aeropuerto de Gatwick volvió a cerrar por presencia de un drone sospechoso

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En unos de los fines de semana más agitados por los viajes de Navidad, la segunda terminal aérea de la capital británica dejó de operar. Había reabiertos sus actividades esta mañana, después de tres días sin vuelos por un episodio similar.

El aeropuerto londinense de Gatwick ha vuelto a suspender su actividad por el avistamiento de otro “drone sospechoso”, informó esta tarde un portavoz oficial.

La terminal, la segundo más grande del Reino Unido por detrás de Heathrow, cerró de nuevo su pista de aterrizaje y despegue después de haberla reabierto a las 06.30 GMT de hoy.

Gatwick se mantuvo cerrado desde el miércoles por la noche hasta esta mañana al observarse drones en la pista, afectando a más de 100.000 pasajeros.

“Hemos suspendido las operaciones aéreas como medida de precaución por el avistamiento de un drone sospechoso”, manifestó un portavoz de Gatwick.

Una información que confirmó poco después de la policía de Sussex, la localidad inglesa donde se ubica el aeropuerto, que explicó que el cierre se debe a “razones de seguridad”.

“La policía de Sussex está apoyando al aeropuerto y está desplegando de manera proactiva importantes recursos para buscar y localizar al drone y a su operador y para garantizar la seguridad de las personas que viajan”, manifestó el cuerpo en un comunicado oficial.

Según informó la cadena pública BBC varios aviones han estado volando en círculos sobre la pista al no recibir autorización para aterrizar.

Poco más de once horas después de haber reanudado su actividad, el aeropuerto volvió a sufrir lo que la policía ha calificado como un “acto deliberado” con estos vehículos a control remoto.

El primero de estos aparatos se avistó el miércoles a las 21.30 GMT y, desde entonces, la actividad aérea se mantuvo suspendida hasta las 06.30 GMT de este jueves.

El asistente del comisario de la Policía de Sussex, Steve Barry, dijo hoy a los medios que hay “un número de líneas” de investigación sobre este “comportamiento criminal”, incluida la posibilidad de que se trate de una protesta ecologista. En el Reino Unido, manipular estos vehículos cerca de aeródromos está penado con hasta cinco años de cárcel.

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