MUNDO | Argentina asegura que no quiere una ruptura del Mercosur

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Buenos Aires.- El canciller argentino, Felipe Solá, defendió este miércoles la decisión de su país de apartarse de las negociaciones comerciales del Mercosur con otros mercados y dijo que no quiere una ruptura del bloque suramericano, por lo que propone que las conversaciones avancen a dos «velocidades» distintas.

«No estamos en condiciones de acelerar (las negociaciones), pero tampoco queremos poner sobre la mesa una cuestión jurídico-institucional que genere lo que podría ser una ruptura (del bloque)», dijo Solá ante la comisión de Relaciones Exteriores del Senado argentino.

El viernes pasado, Argentina, el segundo mayor socio del bloque también integrado por Brasil, Paraguay y Uruguay, decidió apartarse de las negociaciones que el Mercosur tiene abiertas con otros mercados al alegar que, ante la irrupción de la pandemia del coronavirus y sus efectos en la economía mundial, ha optado por proteger a sus empresas y el empleo argentino.

El Gobierno de Alberto Fernández planteó que la incertidumbre internacional y la propia situación de la economía argentina, en recesión desde hace dos años, «aconsejan detener la marcha» de las negociaciones del Mercosur, una posición que admite que es diferente a la de sus socios regionales, que promueven una aceleración de las tratativas para sellar acuerdos de libre comercio con Corea del Sur, Singapur, Líbano, Canadá y la India, entre otros.

Solá dijo que en el último tiempo Argentina notó crecientes «inquietudes de Brasil, con el apoyo de Uruguay, por acelerar la concreción de convenios», como el que se busca con Corea del Sur.

Según el canciller, Argentina sintió que se estaba dando mayor prioridad a «las necesidades de cada uno de los países, en este caso la necesidad de un país apoyado por otro», que a la «armonía» del bloque.

DOS VELOCIDADES

Solá relató que en la reunión por vídeoconferencia del viernes pasado de los coordinadores del Mercosur, Argentina hizo un «gran esfuerzo» para que «no se rompiera la armonía del Mercosur».

Allí, según el ministro, Argentina planteó buscar «soluciones jurídico-institucionales» que permitan que Brasil, Paraguay y Uruguay, que «tienen la intención de avanzar a un ritmo que Argentina no puede acompañar», puedan hacerlo y que Argentina «pueda evaluar cuándo y cómo» se suma eventualmente a las tratativas.

El canciller recordó que las normas del bloque no permiten actualmente que el Mercosur firme un acuerdo comercial sin el consenso de los cuatro socios y dijo que, si Argentina hubiera querido hacer valer esa cláusula, se hubiera generado una «cuestión diplomática muy áspera y posiblemente un avance hacia la ruptura del Mercosur».

«En lugar de eso, se propone una búsqueda de soluciones jurídico-institucionales que permitan dos velocidades: la velocidad que desea Brasil, acompañado por Uruguay y en menor medida por Paraguay, y la velocidad que Argentina estima que puede tener», explicó.

Solá recalcó que «Argentina no abandona el Mercosur, no se levantó de ninguna mesa» y dijo que de hecho este jueves habrá una reunión de coordinadores para abordar qué fórmulas quieren aplicar los otros tres socios para acelerar las negociaciones.

PRIORIDADES DE ARGENTINA

Solá dijo que Argentina no puede aceptar una aceleración de las negociaciones por la «incertidumbre» que vive la economía argentina, en recesión desde hace dos años, con necesidades de atender a la emergencia sanitaria, a los efectos económicos de la pandemia y de resolver el problema de su deuda externa.

«Vivimos una fase en la que lo principal para cada país del mundo es en este momento cerrarse como país, cerrar sus fronteras, lo cual impacta también en el comercio, por la pandemia», argumentó.

Sostuvo que «en estos momentos» Argentina no puede, por ejemplo, abrir el comercio con Corea del Sur, país que, observó, tiene subsidios a la exportación, licencias para importación y productos industriales mucho más competitivos que los argentinos.

«Acelerar en este momento de pandemia, en este momento de caída del PIB, no es posible porque vamos a llegar a un punto en el que vamos a estar firmando apresuradamente algo que nos va a golpear fortísimo en el futuro», alegó.

La decisión del Gobierno de Fernández ha sido cuestionada por la oposición política y por entidades del sector agropecuario, que temen una pérdida de oportunidades y de competitividad para colocar su producción en otros mercados. EFE

 

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