Cáncer de próstata: Llegar a los 50 años se convierte en un factor de riesgo

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La próstata es una glándula que solo la poseen los hombres y esta puede sufrir la aparición de células malignas o cancerosas en sus tejidos a medida que pasan los años por lo que un diagnóstico a tiempo puede hasta curar un cáncer.

El 80 por ciento de los casos de cáncer de próstata se diagnostican en hombres de 65 años o más por ello, en este Noviembre Azul se insta a la población masculina a no postergar la visita al urólogo.

 

Entre los factores de riesgo se encuentran: tener más de 50 años, ser afrodescendiente ya que tiene más probabilidades de desarrollar tumores más agresivos y a temprana edad. También cuenta el antecedente familiar debido a que la posibilidad de desarrollar un cáncer de próstata es de 2 a 3 veces más.

El peso saludable forma parte de la prevención porque el sobrepeso y la obesidad están asociados con el riesgo de desarrollar un cáncer.

La próstata es una glándula ubicada debajo de la vejiga y delante del recto, del tamaño de una nuez, que solo la poseen los hombres, mientras que su función es producir una parte del líquido simiente (semen).

La enfermedad tiene como factor principal la aparición de células malignas o cancerosas en los tejidos de la próstata. Sin embargo, no existen síntomas, hasta tanto se encuentra en estado avanzado.

La mortalidad es ocasionada, principalmente, porque el cáncer es detectado en su etapa conocida como de metástasis o no curable.

Desde la Sociedad Paraguaya de Urología en este mes de campaña instan a perder el miedo a la consulta médica ya que el diagnóstico tiene varios procesos y no solo se recurre al tacto rectal sino existen otros como el análisis de sangre, ecografías y resonancias magnéticas.

Existen signos de alarma para el momento de acudir sin demoras al especialista y que pueden ser indicativos de una patología oncológica: dificultad para orinar, flujo orinario lento o debilitado, necesidad de orinar con más frecuencia, especialmente de noche, sangre en la orina o el semen, dificultad para lograr una erección, dolor en las caderas, espaldas, tórax u otras áreas, debilidad, adormecimiento de las piernas y pérdida de control de la vejiga o de los intestinos.

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