👁‍🗨 | El acompañamiento psicológico, un pilar fundamental en el tratamiento contra el cáncer

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Recibir la noticia de una enfermedad oncológica conmueve a las personas. Por eso, los especialistas aseguran que la contención emocional en estas patologías “es muy importante para poner luz sobre todos los aspectos del ser humano que aparecen desde el momento mismo del diagnóstico”.

Un estudio observacional realizado por el Comité de Psicooncología de la Asociación Médica Argentina (AMA) buscó conocer el impacto emocional en pacientes oncológicos durante el transcurso de la pandemia por COVID-19.

La muestra incluyó 255 pacientes adultos, de ambos sexos y de distintas regiones del país, que respondieron una encuesta autoadministrada, diseñada y consensuada por 12 miembros del Comité de la AMA.

Entre los resultados, los especialistas destacaron que “la mayoría de los pacientes no tenía asistencia por salud mental”. Además, “el 80% de los pacientes expresaban miedo a desatención por la pandemia, el 83,1% vio alterada su rutina, hubo una alta prevalencia de insomnio, el 42% expresó angustia y el 19%, tristeza”.

Un dato que a quienes analizaron los resultados llamó la atención fue que el 68,4% de los pacientes afrontó las complicaciones con recursos espirituales.

En este contexto, y en línea con la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que sostiene que la salud es “un estado de completo bienestar físico, mental y social” y no solamente “la ausencia de afecciones o enfermedades”, la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec) conformó su área psicosocial, dirigida tanto a pacientes que atraviesan el diagnóstico y los tratamientos para superar la enfermedad, así como a sus cuidadores y personas cercanas.

Ante la urgencia de la enfermedad, los aspectos psicológicos y emocionales suelen quedar relegados, postergados o en un segundo lugar, sin considerar el alto impacto que tienen en el fenómeno de enfermar. Sin embargo, mantener el buen ánimo y el bienestar psíquico contribuye en gran medida a atravesar mejor esta enfermedad, de la que son diagnosticadas más de 129.000 nuevos casos cada año en Argentina.

El objetivo del área, que se presenta de cara al aniversario número 100 de la institución, es el “cuidado integral del paciente, su familia y sus cuidadores”.

Coordinada por el jefe del Servicio de Oncología del Hospital Británico de Buenos Aires y del Hospital Universitario Austral, Carlos Silva, y por la licenciada María Fernanda Montaña, psicóloga especializada en psicooncología y cuidados paliativos, el área propone una serie de programas entre los cuales se encuentran grupos terapéuticos de cáncer de mama, un taller para cuidadores de pacientes oncológicos, espacios de psicooncología individual y el programa de mindfulness y cáncer. También cuenta con un programa de voluntariado, que apunta a aquellas personas dispuestas a acompañar a los pacientes en su paso por la enfermedad.

El objetivo principal es que el paciente tome un rol activo frente a su diagnóstico y al proceso en general (Getty Images)El objetivo principal es que el paciente tome un rol activo frente a su diagnóstico y al proceso en general (Getty Images)

“Yo llegué a Lalcec como voluntaria y para nosotros siempre la prioridad fueron los pacientes. Estoy feliz de poder reconectarnos con la mirada que tuvo hace 100 años Helena Larroque de Roffo, fundadora de la institución, de trabajar para mejorar la calidad de vida del paciente con cáncer”, contó María Cristina Espió, actual presidenta de la institución.

“Recibir la noticia de una enfermedad oncológica conmueve las distintas dimensiones de las personas. Por eso, en el acompañamiento en oncología es muy importante poner luz sobre todos los aspectos del ser humano que aparecen desde el momento mismo del diagnóstico”, explicó Montaña, quien, además de coordinar el área psicosocial de Lalcec, es parte del equipo de psicooncología en el Hospital Británico y el Alemán, y precisó que “el propósito es ofrecer esta mirada de apoyo para contribuir al desarrollo de una asistencia más humanizada”.

Psicooncología, un aspecto central en el tratamiento del cáncer

Lo primero para entender este aspecto del tratamiento de la enfermedad es saber que se trabaja principalmente en la aceptación de lo que ya está ocurriendo para favorecer el afrontamiento y, con ello, la calidad de vida. La psicooncología propone distintas herramientas dirigidas al manejo del estrés o malestar emocional. Mejorar la comunicación, aprender a manejar los síntomas y miedos, revisar la calidad de vida, transitar duelos, y adaptarse a cambios en imagen corporal son algunos de los objetivos a los que apunta la psicooncología.

“Desde el diagnóstico de cáncer se movilizan en los pacientes distintas emociones y se suscitan situaciones de la vida diaria y con su entorno familiar”, advirtió Silva, y explicó que, ante esta situación, “es muy importante el trabajo interdisciplinario para trabajar los distintos aspectos que se ven afectados”. Desde su experiencia en el tratamiento de pacientes con diagnóstico de distintos tipos de cáncer, el especialista remarcó que “si bien el ingreso en el grupo de trabajo generalmente es a través del médico oncólogo, es su responsabilidad integrar rápidamente al resto de las disciplinas, para lograr una atención centrada en todos los aspectos de la persona involucrada”.

La psicooncología propone distintas herramientas dirigidas al manejo del estrés o malestar emocional (Getty Images)La psicooncología propone distintas herramientas dirigidas al manejo del estrés o malestar emocional (Getty Images)

Una de los abordajes utilizados dentro de la psicooncología es el mindfulness. El programa de cáncer y mindfulness fue creado por Trish Bartley con el objetivo principal de que el paciente tome un rol activo frente a su diagnóstico y al proceso en general. Una serie de investigaciones que evalúan los efectos de esta terapia en pacientes con cáncer de mama, han podido comprobar que reducen la sintomatología psicológica, puntualmente la ansiedad, la depresión y el estrés percibido, así como un síntoma físico como es el de la fatiga. Claramente, esta reducción de síntomas mejora directamente la calidad de vida de las pacientes.

El mindfulness plantea una manera de aprender a relacionarse de forma directa con aquello que está ocurriendo, momento a momento. Entendiendo que la muerte es parte de la vida, es una forma de tomar conciencia de la realidad y darse la oportunidad para trabajar el dolor, las pérdidas, las alegrías y los desafíos. Se trata de recuperar el equilibrio interno, para poder acompañarnos y acompañar a los demás. Algunos de los sentimientos habituales al momento de atravesar la enfermedad -como la ira, las dificultades de concentración, el miedo o la pérdida de ilusión- van mejorando a medida que avanza la terapia grupal.

Fuente: Infobae

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