Al menos 28 atacantes, 26 colombianos y dos estadounidenses de origen haitiano, participaron en el asesinato del presidente de Haití Jovenel Moise, dijo la policía el jueves, precisando que ocho de ellos están prófugos.
Un día después de que Moise fuera asesinado y su esposa herida por asaltantes en su residencia de Puerto Príncipe, el país más pobre de las Américas carece de presidente y de Parlamento activo, mientras dos hombres afirman estar al mando y se disputan el cargo de primer ministro.
La policía exhibió ante los medios a varios de los sospechosos alineados contra una pared, con pasaportes colombianos y armas colocadas sobre una mesa. El jefe de la policía nacional, Leon Charles, prometió encontrar a los prófugos.
«Fue un equipo de 28 asaltantes, 26 de los cuales eran colombianos, que llevaron a cabo la operación de asesinar al presidente», dijo Charles en una conferencia de prensa.
«Arrestamos a 15 colombianos y a dos estadounidenses de origen haitiano. Tres colombianos murieron y otros ocho están sueltos», añadió.
El miércoles, la policía dijo que había ultimado a cuatro sospechosos. Charles no explicó la discrepancia.
Taiwán confirmó la noche del martes que 11 de los sospechosos fueron detenidos dentro del perímetro de su embajada en Puerto Príncipe, luego de que la seguridad descubriera que «un grupo de hombres armados» había irrumpido en el patio de la propiedad, que había sido cerrada tras el asesinato de Moise.
La embajada dio permiso a la policía haitiana para entrar al interior del perímetro, dijo Joanne Ou, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
«La operación se llevó a cabo eficazmente», dijo la embajada taiwanesa en Haití, cuya sede se encuentra cerca de la residencia donde el presidente fue asesinado.
El ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, dijo que al menos seis de los presuntos involucrados serían ex militares colombianos, y que había ordenado a la policía y al ejército colaborar con la investigación del caso.
Charles también dijo que «se recuperaron las armas y materiales utilizados por los atacantes» y prometió intensificar la búsqueda «para atrapar a los otros ocho mercenarios».
«Ya tenemos a los autores físicos y estamos buscando a los intelectuales», había dicho más temprano Charles.
El Departamento de Estado, sin confirmar el arresto de un ciudadano estadounidense, anunció el jueves que había aceptado ayudar a la policía haitiana con la investigación.
«¿Dónde estaban?»
En Haití -de 11 millones de habitantes, la mitad de los cuales son menores de 20 años- todos están en alerta y tratan de entender cómo pudo ocurrir el magnicidio.
«¿Dónde estaban los policías bien equipados que vigilan al presidente día y noche? ¿Por qué no reaccionaron?», se preguntó Julia, una abogada de 28 años.
La Fiscalía de Puerto Príncipe se hace la misma pregunta, por lo que ordenó interrogar a los dos responsables de la seguridad del mandatario.
«Si eres responsable de la seguridad del presidente, ¿dónde estabas? ¿Qué hiciste para evitarle este destino al presidente?», se preguntó Me Bed-Ford Claude, comisario del gobierno de Puerto Príncipe y encargado de iniciar los procedimientos judiciales en nombre de la sociedad haitiana.
Profunda crisis
Haití, que antes del magnicidio ya estaba sumida en una profunda crisis política y de inseguridad, asolada por bandas criminales, se encuentra bajo gran tensión y al borde del caos.
Tiendas, bancos, puestos de gasolina y pequeños comercios cerraron sus puertas. Y República Dominicana, país con el que Haití comparte la isla La Española, cerró su frontera.
El Gobierno haitiano pidió este jueves la reapertura del aeropuerto, que debería ser efectiva el viernes, así como la reanudación de la actividad económica.
A las interrogantes sobre los autores intelectuales del magnicidio, se suman las referentes al futuro de Haití, empezando por su gobernanza.
Haití ya estaba sumido en una crisis institucional, luego de que las elecciones legislativas de 2018 fueron postergadas, y desde enero de 2020 el país carece de Parlamento.
Acusado de inacción ante la crisis y enfrentado a buena parte de la sociedad civil, Moise gobernaba principalmente por decreto.
«¿Varios primeros ministros?»
Una de los últimas decisiones políticas de Moise fue designar el lunes a Ariel Henry como nuevo primer ministro. Pero Henry aún no había asumido el cargo.
Y horas después del asesinato, fue el primer ministro en funciones, Claude Joseph, quien impuso el estado de sitio y reforzó las potestades del Poder Ejecutivo. Se supone que esto último debería durar 15 días.
«¿Hay varios primeros ministros nombrados en el país?», se preguntó Henry y aseguró que Joseph era solo ministro de Relaciones Exteriores.
La oposición también acusó a Joseph de acaparar el poder.