Julio Sergio Benítez Cubilla, Ignacio Barrios Quiroz y su esposa, Cristina Esquivel de Barrios, fueron condenados ayer a 12 y 10 años de pena privativa de libertad por el hecho punible de trata de personas con fines de explotación sexual.
El Tribunal de Sentencia integrado por los magistrados Héctor Capurro, Juan Carlos Zárate y Cynthia Lovera consideró probados los elementos presentados por las fiscalas Teresa Martínez, Isabel Arnold y Nathalia Acevedo, de la Unidad Especializada en la Lucha contra la Trata de Personas y Explotación Sexual en Niños/as y Adolescentes.
EL CASO. Según los antecedentes, en el año 2013, los ahora condenados formaban parte de una red de captación de paraguayas que, posteriormente, eran enviadas a España con la promesa de buen trabajo. Sin embargo, una vez que llegaban, eran obligadas a prostituirse.
Benítez Cubilla era el dueño de una agencia de viajes ubicada en Caaguazú, denominada Bencros, mediante la cual captaba a gran cantidad de mujeres del quinto departamento. En tanto, Barrios y su esposa participaban de la red en Ciudad del Este, utilizando el mismo modus operandi.
Según refiere la carpeta fiscal, las víctimas eran contratadas para trabajar como empleadas domésticas, pero al final eran llevadas a clubes nocturnos que ofrecían el servicio de prostitución. En un principio, cinco personas denunciaron el hecho en el centro de atención a víctimas de trata en España, y tras varios años de investigación se logró dar con la banda.
A través de allanamientos en simultáneo encabezados por la Fiscalía y la Policía paraguaya, en conjunto con la Policía española, desbarataron el grupo que envió al país europeo más de 100 mujeres bajo engaños.