Nueva York. El presidente de Microsoft, Bradford L. Smith, pidió hoy al Congreso estadounidense que estudie regular la controvertida tecnología de reconocimiento facial, que compañías como la suya ya comercializan.
«Vivimos en un mundo de leyes y el Gobierno (de EE.UU.) necesita jugar un papel importante en la regulación de la tecnología facial», explicó en un escrito en su blog, al tiempo que dejó claro que es «más sensato» que sean los Gobiernos «elegidos» en las urnas y no las empresas quienes regulen esta práctica.
La tecnología de reconocimiento facial, cada vez más precisa pero aún «lejos de ser perfecta», como admite Smith, se utiliza para identificar a personas en fotografías o vídeos sin necesidad de que den su consentimiento.
Mientras sus defensores subrayan lo útil que puede ser para identificar a delincuentes, las asociaciones en favor de los derechos civiles advierten que se puede usar para la vigilancia masiva, limitando la libertad de la gente para asistir a manifestaciones sin ser fichados.
En junio, un grupo minoritario de accionistas de Amazon reclamó a su fundador que pusiese fin al polémico programa de reconocimiento facial que desarrolla, Rekognition, por suponer una «amenaza a la privacidad» y mostraron su «profunda preocupación» de que pudiese ser utilizado para vigilar «de manera desproporcionada» a las minorías.
«¿Debería la ley obligar a las compañías a que obtengan su consentimiento antes de recabar las imágenes de las personas para el reconocimiento facial?», se pregunta Smith.
Microsoft tiene su propia tecnología de reconocimiento facial que, según su web, es capaz de reconocer la edad, el género e incluso las emociones de las personas a las que identifica.
Compañías como Uber han utilizado sus servicios para identificar a sus conductores y asegurarse así que nadie está suplantando a sus pilotos verificados.
El presidente de Microsoft admitió que el reconocimiento facial funciona mejor con personas blancas que de otras razas, tal como mostró a principios de año una investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).
Microsoft también brinda sus servicios a las Oficinas de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), protagonistas en las últimas semanas por la nueva política de separación familiar en las fronteras, lo que creó malestar entre sus empleados y obligó a la firma a aclarar que su tecnología no se usa para separar a familias.
La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) reaccionó al anuncio arguyendo que Microsoft está «en lo cierto» cuando alerta que el uso del reconocimiento facial en manos del gobierno «debe ser totalmente analizado y debatido» y reclamó a Amazon y Microsoft que dejen de brindar estos servicios a las instituciones públicas.