Para tener una mejor calidad de vida, existen factores externos que influyen como los hábitos de las personas del entorno o el ámbito sociocultural, sin embargo, existen factores internos como las decisiones propias y las emociones que influyen en la forma de manejar el dinero y que se pueden cambiar para tener bienestar financiero, según enfatizó la economista y directora de Superarte, Adriana Bock.
Los desórdenes financieros impactan de manera negativa a nivel emocional así como unas finanzas bien manejadas proporcionan bienestar. Con esta premisa, la organización experta en finanzas personales realizará el workshop “Vida abundante y feliz”, el sábado 4 de febrero de 9:00 a 12:00 en Villa Morra Suites Hotel.
La actividad propone el aprendizaje, la creatividad y la planificación como factores determinantes para trabajar y lograr resultados visibles y sensibles. “Proponemos una conjunción de herramientas y creatividad para un buen uso del dinero, con los aspectos emocionales necesarios para lograr una mayor satisfacción financiera”, señala la economista.
Sin una gestión adecuada de las emociones, gozar de una buena salud financiera es difícil, ya que tanto ésta como la salud emocional están ligadas entre sí, indicó.
Las decisiones que se toman en el manejo del dinero, al igual que en otros ámbitos de la vida, están fuertemente condicionadas a lo que se siente, algo de lo cual no siempre se es consciente, explica la sicóloga Daisy Abente, también directora de la organización y otra de las disertantes del workshop.
“Con base en nuestra experiencia, identificamos que la calidad de vida de las personas, si bien depende tanto de factores externos, es decir, lo que no podemos controlar (clima, infraestructura vial, hábitos de otros, ambiente sociocultural, etc.) e internos, es decir, aquello que sí podemos manejar (nuestras decisiones, nuestra manera de ver y juzgar los hechos y accionar ante ellos, nuestras emociones, etc.) está fuertemente ligada a dos elementos fundamentales y estrechamente relacionados entre sí: la salud financiera y la salud emocional”, agrega Abente.
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