En ocasiones, nos encontramos con personas que cuando abren la boca, lo hacen para quejarse. Han hecho de la queja como un estilo de vida y la conducta se vuelve irremediablemente repetitiva. Si bien la queja sirve para liberar tensiones, un exceso de ella podría inclinarnos hacia la nada: no aportan ninguna solución.
La Lic. Silvia Gil, experta en RRHH e Inteligencia Emocional, nos habló acerca de esta tendencia en algunas personas en los círculos de trabajo. Nos explicó cómo lidiar con personales que tengan comportamientos negativos y se encuentren afectando el clima laboral con su conducta.
A menudo las quejas se hacen en grupo, para expresar una frustración, para hacer catarsis con personas cercanas. Se considera improductiva la queja sin acción, y peor aún cuando ella nos deja en un rol de víctimas, y desde la víctima es casi imposible buscar estrategias o soluciones, puesto que “soy la víctima y no está en mí cambiar”, que cambien los demás.
Es un gran autoboicot ponerse en ese rol porque frena el desarrollo personal, y es hasta cómodo, puesto que no me exige actuar ya que tengo que esperar a que los demás hagan algo al respecto.
Al liderar con este tipo de personas, o bien trabajar cerca , ella recomienda:
- Empatía: Podés empatizar con esta persona sin que esto signifique que tú lleves su cruz o que te haya arruinado el día. Más bien le puedes decir: ‘‘Te entiendo, en tu lugar quizás me sienta igual, si me das permiso te recomiendo algunos consejos, porque viví algo parecido y me fue muy bien. ¿Y si pruebas hacer de otra forma? Quizás tengas éxito.
- Animarle a la acción: Presta atención de todo lo que comenta, así también la expresión facial y corporal, sin que haga muy largo el lamento interrúmpela preguntando: ¿Y qué piensas hacer al respecto? o ¿cómo podrías mejorar esta situación? De esta forma le estás ayudando a enfocarse en la solución y no solamente en el plagueo.
- Relativiza todo lo posible: se recomienda que agregues el “no tanto” a la mayoría de las frases, por ejemplo: “qué calor de porquería” y tú puedes responder: “hoy no siento tanto”. “Qué tráfico insoportable”, “sí, pero no tanto”. ‘‘El/ella es tan desagradable”, ‘‘no tanto, suele ser amable también”. etc.
- Eleva su nivel de conciencia: esto significa que si la conducta de la persona es reiterativa, sería ideal que le puedas dar un feedback o retroalimentación de todas las conductas que observaste, es probable que la persona ni siquiera pueda darse cuenta, lo hace en automático e inconscientemente, solamente hablando desde el cariño la persona puede tomar conciencia y crecer.
- Reconocimiento: cuando la persona está teniendo ideas creativas y enfocadas en la solución, reconócele verbalmente e incluso en público. Esto alimentará a que la persona se motive poniendo foco en la acción.
- Capacitaciones: si la empresa puede otorgarle entrenamientos sobre inteligencia emocional, actitud positiva, automotivación etc. sería genial. De lo contrario como líder puedes bajar artículos y videos interesantes y compartir con tu equipo antes de una reunión y reforzar cuáles son los valores corporativos que la empresa espera de su gente. También puedes ayudarle regalándole un libro.
- Ponte un escudo protector: podría llamarse “blindex”, para que no te contamine, ya que estas personas suelen ser expertas en absorber la energía ajena, algunos los llaman “murciélagos emocionales”.
Si la persona no cambia, cambia a la persona. En caso que persista la conducta de la queja inútil, es mejor que veas un reemplazante, las emociones se contagian, tanto las positivas como las no positivas. Y por más experta que sea la persona, este comportamiento tiñe toda su expertise.
Se debe aprender a dejar la queja chatarra, y pasar de la improductividad a la productividad. Las quejas afectan al hipocampo, que es una parte del cerebro responsable de tomar acciones y decisiones. Por lo tanto las personas que se quejan constantemente no pueden resolver los inconvenientes porque sus neuronas se alejaron del hipocampo, y directamente no están viendo la solución a la situación. A raíz de sus quejas, las personas que escuchan son afectados y empiezan a adquirir esos hábitos en su vida diaria de forma negativa.
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