Este miércoles se cumplen 9 años del secuestro del suboficial Edelio Morínigo, quien fue capturado por miembros del EPP en la zona de Arroyito y sobre cuyo paradero nada se sabe.
Un 5 de julio del año 2014, Edelio Morínigo había decidido aprovechar su día libre para salir de cacería con unos amigos en la estancia Macchi Cue, ubicada en el distrito de Arroyito, Concepción.about:blank
Aquel fue, sin saberlo, el último día en el que sería visto por sus familiares y allegados, ya que en ese momento fue capturado por miembros del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
De aquel día han transcurrido ya 9 años, tiempo que se volvió una eternidad para la familia Morínigo Florenciano que sigue a la espera de noticias sobre el paradero del suboficial de la Policía.
Desde ese entonces, Doña Obdulia Florenciano y Don Apolonio Morínigo han decidido llevar sobre sus hombros una inquebrantable lucha por tratar de obtener alguna novedad, por más pequeña de sea, sobre su querido hijo.
En los últimos años se han impulsado varias búsquedas infructuosas para tratar de encontrar los restos mortales de Edelio Morínigo, ante rumores de que podría estar muerto y enterrado en algún lugar.
La única vez que se tuvo alguna novedad sobre él fue en octubre del 2014, ocasión en que se divulgó un video de prueba del joven Arlan Fick, que en ese entonces también había caído en manos del grupo armado. En dicha filmación, Morínigo apareció pocos segundos dando unas breves palabras en medio del monte, rodeado por hombres armados.
El uniformado -quien el pasado 9 de mayo tendría que haber cumplido 34 años- forma parte de la lista de secuestrados del EPP junto al ganadero Félix Urbieta y el exvicepresidente Óscar Denis, principales protagonistas de la campaña #QueVuelvanLosTres.
A la fecha, el secuestro de Edelio es el más largo de la historia del Paraguay, superando ampliamente a cualquier otro que se haya registrado en nuestro país.
Al cumplirse 9 años del secuestro de Edelio Morínigo, el pedido de la familia y del pueblo paraguayo sigue siendo el mismo que el primer día de su cautiverio: que pueda ser liberado. En caso de haber tenido el peor de los desenlaces, que al menos puedan darle cristiana sepultura como se merece.