Gustavo Ferriol comenta el avance de reformas en la Penitenciaría de Tacumbú

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Aceleran proceso de separación de personas privadas de libertad en el Penal de Tacumbú: Reformas estructurales y tratamiento diferenciado

En este contexto, el viceministro de Política Criminal, Víctor Benítez, realizó una visita oficial al establecimiento penitenciario, acompañado por el director de la penitenciaría, Luis Esquivel, y representantes de programas religiosos de reinserción social, como el padre Carlos Brítez, capellán de la Iglesia Católica, y Ignacio Chamorro, coordinador del programa Libertad. Durante su recorrido por los pabellones Libertad, Adventista y Remar, Benítez destacó las reformas estructurales que buscan transformar el lugar, pasando de ser un centro crítico de crimen organizado a un espacio con mayor orden, limpieza y disciplina.

El Abogado Gustavo Ferriol, destaca los avances en materia de seguimiento procesal

Lo que antes era conocido como uno de los focos principales del crimen organizado en Paraguay, hoy está siendo testigo de un proceso de transformación. Según Gustavo Ferriol, director de la Unidad Especializada de Seguimiento Procesal, los cambios que se están implementando en el Penal de Tacumbú van más allá de la simple separación física de los internos. «Se trata de generar un cambio armónico y ordenado en la vida dentro de la penitenciaría, respetando los derechos de las personas privadas de libertad y garantizando que se dé el tratamiento adecuado a cada grupo según su situación procesal», afirmó Ferriol.

Este proceso de separación tiene como fin principal garantizar un ambiente más seguro y organizado, tanto para los internos como para el personal penitenciario. En la actualidad, las condiciones de la penitenciaría han mejorado considerablemente, reflejando un enfoque en la rehabilitación y el orden. La visita de los funcionarios del Ministerio de Justicia y los referentes religiosos no solo buscó inspeccionar las reformas edilicias, sino también conversar con los internos acerca de las medidas que se están tomando para mejorar su proceso de reinserción social.

Separación de condenados y procesados: Un paso hacia la justicia

El plan incluye la creación de un sistema de clasificación más efectivo, que permita la separación efectiva de los condenados y los procesados. Víctor Benítez explicó que, aunque los espacios físicos seguirán siendo los mismos, lo que cambiará será la coordinación y organización de los internos. «Nuestro objetivo es que cada grupo de personas privadas de libertad reciba el tratamiento adecuado según sus circunstancias legales. Esto permitirá un ambiente más seguro y justo dentro de la penitenciaría», destacó el viceministro.

La separación no solo se limita a un hecho físico, sino también a la asignación de tratamientos diferenciados según las necesidades legales y de reinserción de cada grupo. Esto implica que las personas procesadas, que aún no tienen condena, recibirán un tipo de trato distinto al de aquellos que ya han sido sentenciados, priorizando su derecho a un juicio justo y su presunción de inocencia.

Apoyo de la Iglesia y programas de reinserción

Durante el recorrido por los pabellones, se destacó la participación activa de los referentes religiosos en los programas de contención y reinserción de los internos. El padre Carlos Brítez, junto al pastor Ignacio Chamorro, coincidieron en señalar que estos programas son esenciales para el proceso de rehabilitación de los internos, no solo desde una perspectiva espiritual, sino también en el aspecto emocional y social.

«El trabajo que realizamos aquí es fundamental para la reinserción de estas personas en la sociedad. Si logramos que cambien su mentalidad y comportamiento dentro de la prisión, su salida será mucho más positiva para la comunidad», expresó el padre Brítez.

El avance en la separación de los internos en Tacumbú es solo el comienzo de una serie de reformas en el sistema penitenciario del país. Gustavo Ferriol subrayó la importancia de mantener este tipo de proyectos en marcha, pues no solo se busca una mejor gestión de las penitenciarías, sino también un cambio profundo en la forma en que el sistema de justicia penal aborda la rehabilitación y reinserción social.

El trabajo conjunto entre las autoridades penitenciarias, el Ministerio de Justicia, y las instituciones religiosas y sociales se perfila como un modelo de gestión que podría ser replicado en otros centros penitenciarios del país, siempre con el fin de mejorar las condiciones de vida de los internos y garantizar la seguridad pública.

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