Deficiente instrucción cívica favorece a política tradicional, dicen sociólogos

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La ciudadanía ejercerá mañana su derecho al voto, pero la mayoría no sabe votar y lo hará sin conocer el valor real de su voto. Las agrupaciones políticas están aplazadas en su tarea de crear conciencia crítica.

El sociólogo José Carlos Rodríguez sostiene que gran parte de la ciudadanía «no sabe el poder que uno lleva consigo a la hora de votar» porque no tiene educación cívica, la cual debería ser responsabilidad de todas las organizaciones.
Comentó que, según Latinobarómetro (corporación que investiga el desarrollo de la democracia, la economía y la sociedad), el 90% de los paraguayos alegan que «el Estado solo sirve a los más fuertes, es decir, al Gobierno y el Gobierno todos sabemos es del Partido Colorado (salvo el periodo 2008/2013)».

Analizó que de igual manera, a pesar de que los encuestados creen que son pocos los beneficiados por el Estado, solo se quejan, pero no han logrado alternar con su voto.

«Es decir, van e igualmente votan de nuevo a los más fuertes y eso te indica que no saben votar. No entiendo por qué si la gente dice que hay sectores favorecidos, ¿por qué no hay voto castigo entonces?», se preguntó.

Analizó que la deficiente instrucción cívica favorece a la política tradicional, porque esta sigue con privilegios.
«No quiero decir partidos tradicionales, porque la frase realmente es política tradicional», aclaró.

PAPELETAS. Rodríguez afirmó que el problema es que los votantes no toman conciencia de lo serio que es un voto y no saben que muchas cosas pueden cambiar gracias a eso.
«El verdadero problema no es el tema de las papeletas, que son muchas, sino entender que la verdadera educación cívica es que hagas de tu voto un poder efectivo. Tenemos que convertir nuestro voto en poder y no solo hacer de esto un ritual. Es decir: ir, votar y listo», destacó.

Remarcó que la gente sabe que Paraguay necesita más inversión en el plano social, en fomentar la igualdad y cambiar mercados de trabajo.

«La ciudadanía no está usando su voto para cambiar lo que quiere cambiar. Ni siquiera sabe que tiene poder y conste que es un derecho constitucional», alegó al referirse al voto.
Reconoció que los partidos políticos, especialmente, adrede no educan cívicamente a sus afiliados y la Justicia Electoral, igualmente.

«Los partidos de hoy no se comprometen con el cambio. Quieren gobernar, pero no quieren cambiar. Hay muchas mujeres marginadas, niñas embarazadas, niveles de pobreza estúpidos, y no estamos hablando de un tema ficticio, sino real», aseguró.

Recordó que Paraguay hoy vive una democracia no porque los paraguayos así lo decidieron, sino porque en gran parte hubo presión internacional para que caiga la dictadura.

FALENCIAS. Por su parte, el sociólogo Guzmán Ibarra, de Semillas para la Democracia, señaló que la educación cívica es diferente a la electoral y en ambos casos «hay falencias».
Afirmó que es interesante hablar y pensar en políticas públicas donde no solo se hable en teoría sino se realicen prácticas democráticas.

«En términos de la educación cívica, tenemos un problema de orden estructural. Somos un país con larga tradición de valores autoritarios y derrumbar eso y construir tolerancia no es fácil», refirió.

Agregó que los actos democráticos no solo se expresan a la hora de los votos, sino en todo momento de nuestras vidas. «Pedir a autoridades informes sobre su gestión, reclamar, exigir, es parte del derecho del ciudadano que, en su gran mayoría, hoy no lo está utilizando. Nos falta demandar más», prosiguió.

Dijo que la democracia, en cuanto a régimen político y forma de convivencia social, no se aprende de forma teórica.
«Si un ciudadano no tiene en su vida cotidiana prácticas vinculadas con el ejercicio democrático y particularmente de toma de decisiones, será alguien limitado», señaló.

Agregó que la educación cívica ya tiene «un gran problema» que se inicia en los primeros años de educación escolar. «La dificultad es la política pública», resaltó.

subsidios. Ibarra indicó que la idea de los subsidios otorgados a los partidos políticos era para coadyuvar a la construcción de la ciudadanía crítica, pero en realidad ese dinero no se destina a ese objetivo.

«Hay senadores y diputados que son limitados. La tarea de los partidos es preparar a los cuadros para que ocupen espacios de poder y no lo hacen», manifestó.

El 30% del dinero destinado a los partidos políticos en concepto de aporte y subsidio debe ser usado en educación cívica para los militantes y formación de cuadros, según la legislación electoral.

 

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