MUNDO | Yemen confía en una frágil tregua para poner fin a 4 años de guerra

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Por AFP

DUBÁI. Cuatro años después de la intervención militar en Yemen de una coalición liderada por Arabia Saudita, ni el gobierno ni los rebeldes han ganado la guerra y la única esperanza de paz reposa ahora en una frágil tregua.

El conflicto en el país más pobre de la península arábiga provocó la peor crisis humanitaria en curso en el mundo, con millones de civiles al borde de la hambruna, según Naciones Unidas.

La guerra opone a las fuerzas progubernamentales apoyadas por Arabia Saudita, que intervinieron a partir del 26 de marzo de 2015, a los rebeldes hutíes, apoyados por Irán y que todavía controlan buena parte del país así como la capital, Saná.

Tras años de violentos combates, en diciembre de 2018, se alcanzó un acuerdo de tregua, auspiciada por la ONU y concluida en Suecia, para detener los combates en Hodeida, la ciudad portuaria que es el principal punto de entrada de la ayuda humanitaria en el país.

La tregua fue posible porque Arabia Saudita estaba bajo presión internacional tras el asesinato en octubre de ese año en Turquía del periodista y opositor saudita Jamal Khashoggi por parte de un comando de Riad, un caso que supuso un escándalo internacional. Pero la tregua a penas se sostiene en la ciudad portuaria.

Tampoco se ha materializado el acuerdo de intercambio de prisioneros acordado hace meses ni una retirada de los combatientes prevista en Taez, una gran ciudad del suroeste del país. “Hubo un avance en Suecia pero en realidad solo fue simbólica”, apunta Elizabeth Dickinson, una analista del International Crisis Group.

De momento, todos los intentos de la ONU para aplicar el acuerdo han fracasado. La tregua en Hodeida solo permitió detener la ofensiva supervisada por Emiratos Árabes Unidos -el otro apoyo de la coalición contra los rebeldes- pero siguen los combates esporádicos. El pasado 31 de enero la coalición decidió recurrir a “más fuerza” para “obligar a los rebeldes a aplicar el acuerdo” que prevé su retirada de Hodeida y del puerto de esa ciudad.

LOS NIÑOS, PRIMERAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO

Según los expertos, las negociaciones en Suecia eran la mejor ocasión para buscar la paz, en un contexto de preocupación por la amenaza de hambruna en varias partes del país, que afecta sobre todo a los niños. En Washington, el Congreso empieza a movilizarse contra el apoyo logístico de Estados Unidos a las operaciones de Arabia Saudita en Yemen.

El 14 de marzo exigió al presidente Donald Trump que ponga fin a sus compromisos militares en Yemen. Washington ya había puesto fin al abastecimiento en vuelo de aviones de la coalición. Pero según Aleksandar Mitreski, de la universidad de Sídney, “las partes en conflicto, incluida la coalición, no muestran ningún signo de debilidad”.

Según él las presiones pueden servir sobre todo para mejorar la situación humanitaria. “La creciente presión internacional contra la coalición podría abrir nuevas vías para llevar ayuda humanitaria. Esa presión podría aumentar si el foco pasa de Siria a Yemen”, apunta.

La intervención de Arabia Saudita en Yemen se explica por la voluntad del país de frenar la influencia de Irán, su gran rival regional. Los combates empezaron en septiembre de de 2014, cuando los rebeldes venidos del norte avanzaron hacia Saná y derrocaron el gobierno del presidente Abd Rabbo Mansur Hadi, hoy exiliado en Arabia Saudita.

Desde 2015 el conflicto dejó unos 10.000 muertos, en su mayoría civiles, según un balance parcial de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según varias oenegés, el numero de muertos es mucho mayor y citan cifras cinco veces superiores.

El cólera también provocó más de 2.500 muertos, según la OMS. Cerca del 80% de la población, unos 24 millones de personas, necesitan asistencia, según la ONU, y la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, alertó de la situación de los niños.

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