Un peón de estancia fue capturado ayer en Montelindo, Chaco, dos meses después de que asesinara a un comerciante ovetense y al chofer de este, quienes lo contrataron como guía para ir de pesca.
El sospechoso arrestado fue identificado como Norberto Riveros Aveiro, de 37 años, quien era buscado desde el 21 de setiembre pasado, cuando ultimó con disparos de escopeta y también a puñaladas al señor Ramón Silva Benítez (52) y al chofer de este, Jorge Heriberto González Machado (40).
Estos últimos habían llegado desde Coronel Oviedo, la capital del departamento de Caaguazú, para pasar un fin de semana de pesca en el predio de la estancia “Belén”, en las inmediaciones de la isla Riacho Malao, en la jurisdicción del distrito de Benjamín Aceval, departamento de Presidente Hayes.
Norberto Riveros Aveiro fue localizado ayer en la estancia “La Pilarica”, propiedad de Juan Pascual Burró, ubicada en el kilómetro 188 de la Ruta 9 “Carlos Antonio López”.
El sospechoso trabajaba en el sitio con uno de sus hermanos, que es el capataz del establecimiento, quien aparentemente lo ayudó en estos últimos meses para poder evadir a los uniformados que estaban tras sus pasos.
El procedimiento fue ejecutado por personal del departamento Antisecuestro de Asunción, a cargo del oficial primero Elcido Cardozo, con apoyo del departamento de Investigaciones de Presidente Hayes, cuyos efectivos fueron los primeros que tomaron el caso.
El presunto asesino fue capturado 60 días después del hecho, debido a que efectivamente era un conocedor de la región y tiene amigos y familiares que trabajan en varias de las haciendas, quienes aparentemente le dieron albergue durante todo este tiempo, señalaron. Básicamente, el detenido admitió todo lo que ya se sabía sobre el hecho. Mencionó que fue contratado como canoero y guía, pero que durante la jornada de pesca, ya en el campamento que instalaron, se desató una discusión por el monto que el baqueano pretendía cobrar.
Aparentemente, le quisieron pagar menos de lo acordado e incluso el comerciante y su chofer le ofrecieron carne como forma de pago, hecho que aparentemente generó la ira del ahora detenido, según dijo a los uniformados.
Los detalles del suceso se habían conocido mediante la confesión de un amigo del baqueano, con quien había intercambiado mensajes vía WhatsApp días después de haber perpetrado el alevoso doble homicidio.
El operativo fue avalado por el fiscal Ariel González, de la ciudad de Villa Hayes, cuyo centro urbano se encuentra a 156 kilómetros de la estancia intervenida.
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