MUNDO | Expectativa en Brasil por la toma de poder del ultraderechista Bolsonaro

524

 

La hora de la verdad llegó para el presidente electo, que podrá demostrar que puede gobernar el país como para luchar contra la corrupción, los partidos de izquierda y la ideología de género.

Jair Bolsonaro se hizo conocer más por sus exabruptos misóginos, racistas y homófobos que por sus proyectos como diputado, pero la ambición de este ex militar, buscador de oro en sus horas libres, lo llevó a alcanzar el tesoro más valioso de su carrera: la presidencia de Brasil.

Bolsonaro gobernará con los sectores más conservadores de Brasil, un país donde se generó una gran expectativa en torno a su nuevo mandatario.

Defensor de la dictadura (1964-1985) y de sus métodos de tortura, Bolsonaro se presenta como el gobernante de mano dura capaz de regenerar un país agotado por los escándalos de corrupción, la violencia y la crisis económica.

Al presidente electo se le conoce como “el Donald Trump brasileño” por su retórica incendiaria y su amplio uso de las redes sociales en detrimento de la prensa tradicional, a la que suele acusar de fabricar “noticias falsas” en su contra.

RESPALDO ECONÓMICO. Para asegurar la gobernabilidad, deberá mantener la convergencia de los lobbies transpartidarios que le dieron un apoyo clave en la campaña: los grandes productores agrícolas, las ultraconservadoras iglesias pentecostales y los defensores de la flexibilización al porte de armas. También obtuvo el respaldo del mundo de los negocios, seducido por sus promesas de recortes fiscales y privatizaciones.

La tarea se anuncia compleja. La reforma del régimen de jubilaciones, considerada esencial por su equipo económico, encuentra resistencias entre sus propios aliados. Y el acercamiento con Israel es visto con desconfianza por los exportadores de carne, que temen represalias comerciales de los países árabes.

Desde las elecciones, Bolsonaro tuvo que dar marcha atrás o dejar en veremos algunas de sus promesas, sin dar señales de por dónde arrancará.

“Estamos en vísperas de la asunción del presidente electo y aún hay una gran incógnita sobre cómo será el gobierno”, afirma Rogério Bastos Arantes, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de São Paulo (USP).

Los ministros, en orden de batalla

El presidente electo Jair Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura militar, formó un equipo de 22 ministros, siete de ellos militares retirados; confió el Ministerio de Economía al ultraliberal Paulo Guedes, el de Relaciones Exteriores a un diplomático convencido de que Trump puede salvar a Occidente y el de la Mujer, Familia y Derechos Humanos a una pastora evangélica. En Justicia, colocó al juez anticorrupción Sergio Moro, figura emblemática de la Operación Lava Jato, que llevó a la cárcel a decenas de políticos, incluyendo a Lula da Silva. El gobierno entrante reveló detalles de su plan de puesta en marcha de ese equipo dispar, en su mayor parte sin experiencia política, para sus primeros cien días. El texto fija 4 etapas a 10, 30, 60 y 90 días para la identificación y el encaminamiento de propuestas prioritarias, así como para la eventual revocación de decretos y leyes existentes. Prevé finalmente una ceremonia de celebración de los 100 días de gobierno, el 11 de abril.

COMENTARIOS