Los miembros de la Asociación Rural del Paraguay no se explican el motivo de la suba de precios de la carne en los supermercados y piden a la Comisión Nacional de la Competencia (Conacom) que intervenga para detectar si el incremento se da en los comercios o en los frigoríficos. “La materia prima está por el suelo y queremos que eso por lo menos se vea reflejado en el consumidor”, dijo Luis Villasanti.
El titular de la Asociación Rural del Paraguay, Luis Villasanti, comentó que intentó instalar una mesa de diálogo con todos los involucrados en la industria cárnica, como los ganaderos, frigoríficos y supermercadistas. El objetivo era sincerar los precios, considerando que debido a la pandemia los productores admiten que sus precios están “por el suelo”.
Sin embargo, admitió que fracasó en ese intento, debido a que no existe transparencia. “No quieren demostrar qué es lo que gastan, no quieren contar”, lamentó. Asimismo, dijo que el objetivo era dejar de lado el egoísmo y poder ayudar al paraguayo, que hoy se ve sumamente afectado en su economía.
Por ese motivo, solicitaron a la Comisión Nacional de la Competencia (Conacom) que realice un informe sobre la situación para detectar “dónde está” el problema. “Hay mucha oferta y poca demanda. Alguien se está guardando mercadería o lo que sea”, consideró en contacto con ABC.
Aseguró que no saben dónde está realmente el problema. “Hablamos con los frigoríficos y ellos dicen que no, que ellos están vendiendo, que no tienen (producto guardado) y están trabajando trabajando al 40% de su capacidad (…) Con esta ley de la oferta y la demanda, hay oferta pero no demanda. El mundo está paralizado.
Los supermercadistas nos dicen: ‘A nosotros nos llega ya un producto muy caro y no podemos vender a un precio menor’. Es una cadena de problemas, por eso pedimos una mesa”, comentó Villasanti.
Sobre los precios referenciales, contó que por el novillo los frigoríficos están pagando US$ 2 por kilo faenado, por las vacas pagan US$ 1,80 por kilo faenado y en las ferias está de G. 6.500 a G. 7.500 el peso vivo. “Es un precio bajísimo”, aseguró.
Asimismo, destacó que en los últimos dos años la ganadería ha sufrido golpes muy fuertes. “Este año, que pensábamos recuperarnos, estábamos optimistas, había mercado y mucho movimiento, vino esta pandemia del COVID-19 y volvimos a caer el suelo. Realmente estamos golpeados y queremos por lo menos eso, que el precio nuestro también se vea reflejado en el consumidor», agregó Villasanti.
Por otra parte, destacó que el sector ganadero tiene deudas de aproximadamente U$S 1600 millones y debido a esta situación los ganaderos no van a poder con sus obligaciones. “La gente va a empezar a no poder pagar sus créditos. Se está negociando con bancos pero las deudas hay que pagarlas”, añadió.
Fuente: HOY
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