Volver o no a clases presenciales: familias deben analizar riesgo- beneficio

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Ante la posibilidad del retorno de los estudiantes a las clases presenciales se deben considerar puntos importantes como el entorno del niño, los riesgos y lo vivido el año pasado tanto a nivel emocional como de aprendizaje.

El retorno a las clases presenciales se dará en plena pandemia por lo que se debe considerar el impacto que tendrá en la familia atendiendo el nivel de riesgo de contagio del alumno y la zona donde acude a la escuela y si esta es muy poblada o no. No es lo mismo volver a una escuela de Asunción que a una ubicada en una compañía de Capi’ibary, ejemplifica la Doctora Alexandra Vuyk, psicóloga y asesora de Salud Pública.

“Se debe pensar primero cuál es el riesgo en la familia, a quiénes les tengo en casa y el contacto día a día con el niño o la niña. Porque no es lo mismo un niño o una niña que duerme con los abuelos que uno o una que ve a los abuelos cada dos semanas. Hay que evaluar el entorno”, afirmó en contacto con Monumental.

Indicó que no es lo mismo tener en casa a un abuelo de 88 años que a uno de 56 o más joven.

Otro punto que debe ser evaluarse es cómo les fue en las clases virtuales el año pasado tanto en lo emocional como en el aprendizaje. “Qué perdió ese niño, esa niña, porque a ninguna le pudo afectar de la misma forma porque no es lo mismo un niño que estuvo acompañado todo el día que uno que tiene una familia que salía todo el día a trabajar y no tuvo la posibilidad de sentarse a participar”, señaló.

Sobre la socialización, Vuyk indicó que muchas personas la consideran “un vyrorei” lo que no es así ya que a través de esto los niños y niñas aprenden las reglas de la vida y a solucionar sus conflictos y eso se pierde al no estar en forma presencial.

“Si le dejamos en casa necesitamos que puedan tener contacto. Hay gente que dice que antes no había guarderías pero antes se jugaba con los vecinos u otros niños, era otro tipo de socialización y es muy importante”, ejemplificó.

La profesional aclaró que no minimiza el riesgo que implica la exposición al virus y es por ello que cada familia debe evaluar el riesgo-beneficio porque la pandemia continuará.

“No es lo mismo el haberles dejado en casa el año pasado cuando no entendíamos el rol de los niños, hoy sabemos que no se contagian tan mal pero lo que hacen es contagiar al resto y es por eso que tenemos que ver lo que estamos teniendo en casa, ellos se están sacrificando por nosotros”, agregó.

Vuyk agregó que no porque se habiliten las clases presenciales la vuelta es una obligación.

“Esto significa que es mucho más riesgoso dejar todo cerrado obligatoriamente que el permitir la apertura para los que necesitan porque lo que estamos viendo es que la brecha de desigualdad está creciendo a pasos agigantados. No es lo mismo una profe que camina para entregar fotocopias para las tareas que un niño al que se le compró una tablet o una computadora o que tiene una profesora particular”, puntualizó.

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