Por BBC Mundo
Google anunció la construcción de un barrio inteligente en la ciudad canadiense de Toronto. Apple inauguró hace unos meses una sede que funciona con energía solar y tiene ventilación natural. Y Bill Gates tiene planes de unirse al desarrollo de comunidades inteligentes. ¿Cómo serán?
Autobuses sin conductor, calles cuyo uso se adapta en función del tráfico que exista en el momento y sistemas de túneles subterráneos para deshacerse de la basura.
¿Escenario futurista? Sí, pero uno que podría concretarse en poco tiempo y que tiene el potencial de modificar la concepción actual que tenemos de las ciudades transformándolas en centros urbanos digitales.
Y en muchos casos, ese cambio viene impulsado por las empresas tecnológicas más importantes de Silicon Valley, en el estado de California, en la costa suroeste de Estados Unidos.
En las últimas semanas Google ha revelado detalles acerca de Sidewalk Toronto, la «comunidad inteligente» que quiere construir en esa ciudad canadiense.
El terreno, de poco más de 3 kilómetros cuadrados, se encuentra en la parte oriental del Lago Ontario, en la frontera entre Canadá y EE.UU., y en la actualidad no cuenta con mayor infraestructura.
«Será un lugar que combinará lo mejor del diseño urbano con la tecnología digital de punta para abordar los principales retos que tienen las ciudades actuales: transporte, vivienda y el uso de la energía», indica el sitio web del proyecto coordinado por Alphabet, el conglomerado internacional del que Google es subsidiario.
Más allá de la tecnología
El proyecto comenzará con la construcción de una urbanización llamada Quayside. Y la idea es que las innovaciones que se desarrollen en el lugar puedan ser replicadas en el resto de los desarrollos planificados para Sidewalk Toronto.
La tecnología es un elemento importante en la concepción de esta «comunidad inteligente», pero no es lo principal.
«Cuando la gente piensa en tecnología urbana se imagina cámaras y sensores, pero va mucho más allá. Se trata de cómo se utiliza la información recopilada por esa tecnología y en cómo puede impactar el manejo del espacio físico y cómo nos puede ayudar a guiar a la gente», dijo Rohit Aggarwala, representante de Alphabet, en una entrevista con la revista de la Institución Smithsonian, en EE.UU.
Y prosigue: «¿Qué tal si un buen sistema de censores permite entender el flujo de vehículos y peatones, y modificar, en tiempo real, la forma en la que las calles se utilizan? La dinámica en las ciudades varía mucho, lo que pasa a la hora del almuerzo es distinto a lo que ocurre el fin de semana».
Según la descripción del sitio web del proyecto Sidewalk Toronto, las calles serán diseñadas en función de la gente, y la variedad de medios de transporte disponibles serán seguros, económicos y preferibles al uso de un automóvil.
Además, «se desarrollarán edificios que sirvan para diferentes usos y métodos de construcción que permitan que las viviendas sean accesibles. Será un lugar que promueva la innovación energética y ayude a manejar los retos medioambientales que nos permitan proteger al planeta».
Ejemplo real
Google no es la única empresa tecnológica que ha incursionado en el desarrollo de espacios inteligentes para vivir teniendo en consideración el medio ambiente.
La imponente huella de Apple se ve a kilómetros de distancia en la ciudad de Cupertino, en California, EE.UU.
Se trata de Apple Park, la sede de la empresa que algunos llaman «la nave espacial» debido a su forma circular, similar a la de un anillo.
El diseño del edificio, que tiene una altura de cuatro pisos, permite la circulación interior del aire. Según Apple, se trata del edificio con ventilación natural más grande del mundo.
Gracias a esa estructura no es necesario recurrir a la calefacción o al aire acondicionado durante nueve meses al año.
De acuerdo a la empresa tecnológica, las instalaciones solares del edificio, que pueden generar 17 megavatios, están entre las de mayor tamaño en el mundo. Además tiene 9.000 árboles nativos y resistentes a la sequía.
«Es uno de los edificios más energéticamente eficientes del mundo, pues funcionará exclusivamente con energía renovable», afirmó el director de Apple al referirse a la sede de la empresa.
Y añadió: «La visión de Steve Jobs para Apple (quien impulsó la construcción del edificio) se adelantaba a su tiempo. Las zonas verdes y los espacios de trabajo fueron diseñados para proteger el medio ambiente».
Vienen más…
Y al parecer, otro de los gigantes tecnológicos de Silicon Valley ha mostrado su interés en el desarrollo de ciudades inteligentes.
Hace pocas semanas diversos medios de comunicación informaron que Bill Gates, fundador de Microsoft y uno de los hombres más ricos del mundo, había realizado una gran inversión con el objetivo de construir una ciudad inteligente en las afueras de Phoenix, la capital del estado de Arizona, en el suroeste de EE.UU.
Según la publicación estadounidense Fortune, el filántropo compró, a través de su grupo de inversión Cascade Investment, un terreno de 100 km2.
«El lugar se llama Belmont y se encuentra a 45 minutos de Phoenix. La extensión de tierra costó US$80 millones«, indica Fortune.
Un comunicado de prensa citado en Fortune indica que el plan es: «Crear una comunidad de avanzada, con la comunicación y la infraestructura como elemento central, utilizando tecnología de punta y diseñada en torno a redes digitales de gran velocidad, centros de datos, novedosos métodos de construcción y vehículos autónomos».
Por su parte, el sitio especializado en tecnología The Verge señala que «se construirán 80.000 viviendas y que 14.000 km2 se reservarán para uso industrial y comercial, 3.400 km2 se destinarán a espacios abiertos y 470 serán para desarrollar escuelas».
A la vanguardia
En Columbus, la capital del estado de Ohio, localizado el centro de EE.UU., se desarrolla otra propuesta de ciudad inteligente, que si bien no tiene sus orígenes en Silicon Valley y no se está diseñando desde cero, comparte el concepto de sistemas de transporte inteligentes, tecnología digital y protección del medio ambiente.
Uno de los principales elementos en la regeneración de la ciudad es la reducción de las emisiones de carbono a través de una técnica que baja el uso del carbón en el sistema energético que abastece a la ciudad y en la red de transporte público.
Con este objetivo «se empezará a utilizar una flota de vehículos eléctricos y se instalarán puntos de recarga de energía», refiere el sitio web de la Alcaldía de Columbus.
Un aspecto fundamental del proyecto es el sistema integrado de datos, una plataforma digital que fusiona información proveniente de diferentes áreas, incluyendo datos médicos y de comedores públicos, «para facilitar el proceso de toma de decisiones y las soluciones requeridas para enfrentar los problemas que afectan a la comunidad».
Columbus recibió un financiamiento de US$40 millones del Departamento de Transporte de EE.UU. para implementar su propuesta, tras competir con 77 ciudades estadounidenses que presentaron planes similares.
¿Serán así las ciudades en las que viviremos?